Los bueyes
Los bueyes suelen ser animales nobles, lentos, pero también bastante tercos. Cuando trabajaban bajo un yugo solían tirar uno para un lado y otro para el otro, por lo que el yuntero se debía esforzar para que ambos unieran sus fuerzas en una misma dirección.
La política española es actualmente como esa yunta de bueyes que a base de tirar cada uno para su lado sacaron la carreta del camino y cayeron en el fango.
Y en eso estamos, con los bueyes enfangados y el barro engullendo a uno y otro animal, ante la mirada atónita de unos ciudadanos, que se acercan a unos medios de comunicación cada vez más hooligans para ver el triste espectáculo.
Mientras sigue tirando cada uno del yugo para su lado, nos preguntamos si no existe ni un solo problema en este país que requiera poner a ambos de acuerdo y unir los vectores de fuerza en una misma dirección.
La contaminación del extremismo de derecha e izquierda de la que se han impregnado tanto PP como PSOE en su representación nacional es alarmante, al menos nos queda la esperanza de que en ámbitos locales, en la mayoría de los casos, sigue existiendo la esencia de lo que cada uno fue.
El hueco que dejan en la centralidad es cada vez mayor y a poco que emergiera alguna formación con idearios de menos confrontación y de más apuesta por el diálogo, posiblemente podría hacerse con gran parte de esos electores que huyen de los extremos y del barro. Pero como eso es bastante probable, de momento con “estos bueyes tenemos que arar” a ver si el yuntero, es decir la ciudadanía, hace lo posible para llevar la carreta al camino.
Mientras la pelea siga en el barro, las necesidades reales de los ciudadanos seguirán estando en un segundo plano. Ambos partidos son los responsables, por su empecinamiento, de seguir en el enfrentamiento y por estar más pendiente de las citas electorales que de los problemas reales.
Lo que sí sabemos es que la más perjudicada es la sociedad en su conjunto. Lo podemos apreciar en los medios de comunicación, mientras que la prensa nacional y generalista no sale de los rifirrafes de la política y el denominado fango, en la prensa regional y local son las preocupaciones del día a día de los ciudadanos las que expresan en sus portadas o editoriales. Es un ejemplo de la distancia que hay entre la sociedad y la Carrera de San Jerónimo.
Finalizaba Miguel Hernández una estrofa de sus ‘Vientos del Pueblo’ con dos versos: “nunca medraron los bueyes/en los páramos de España”. Esperemos que así sea y prime la cordura por el bien de todos. Creo que ya nos vamos hartando de tanto barro, un poquito de por favor.
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