No, no es un trabajo

No, no es un trabajo
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La prostitución no es un oficio, es una forma de esclavitud en el siglo XXI. Jake no es un hotel, es un club de alterne para hombres. Veamos:

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El trabajo se desarrolla –libremente- por cuenta propia o ajena. En cualquiera de sus formas, las personas trabajadoras vienen obligadas a estar dadas de alta en la Seguridad social; como autónomas en el régimen especial de trabajadoras y trabajadores autónomos (RETA) y, en el Régimen General (RG), si se trabaja para una empresa, estando protegidas por un convenio colectivo y cobrando el salario a través de una nómina mensual.

Los hoteles, como sabemos, son esos espacios donde nos hospedamos cuando viajamos o estamos de vacaciones. En Jake (Gamonal), no podemos hospedarnos, las habitaciones están siempre alquiladas a las mismas personas (mujeres). ¿Eso es un hotel? No, si finalmente abre, volverá a ser un lugar frecuentado por consumidores de sexo de pago.

Dicho de otra forma, acogiéndonos a la normativa laboral, la prostitución no es un trabajo y en Jake no hay empresarios. En todo caso, serán intermediarios, comisionistas o tratantes: aquellos que se lucran de la prostitución ajena, o quienes consienten, explotan, arriendan o administran un lugar para ejercerse.

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Entonces, ¡¿blanqueamos a esas personas y las hacemos empresarios?! No, eso no está permitido, es un delito. Pero la prostitución, aquí y en la mayoría de los países, se consiente, es “alegal”, es decir, no es legal ni ilegal y por ahí es por donde se cuelan los intermediarios y proxenetas para engañar, explotar y lucrarse de las mujeres a las que prostituyen. En otras palabras, la prostitución se encuentra en España en un limbo.

Ser una mujer prostituida no se elige libremente. Ninguna mujer nace para “puta”. Cuando una mujer se ve obligada a prostituirse, lo hace porque tiene que elegir entre comer y vivir, o no vivir. Y eso es lo que le sucede a la mayoría de las mujeres que vienen engañadas a nuestro país  pensando que en España van a encontrar un futuro digno, sin embargo, terminan siendo obligadas a convertir su cuerpo en una mercancía para consumo de los varones de todas las clases sociales, quedando patente la relación de dependencia que mantiene la  prostitución con la trata de personas, sobre todo de mujeres y niñas.

Así lo explicaba en julio Mabel Lozano, directora de cine, guionista y activista por los derechos de las mujeres y las niñas invisibles: “son  migrantes sin papeles, muy jóvenes y con hijos menores a su cargo. En Gamonal volverá a haber mujeres sin otra alternativa que la prostitución para poder dar de comer a su familia, otras engañadas con sueños de una vida mejor, esclavas sexuales que sobrevivirán siendo prostituidas”.

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Como señala la filósofa feminista Rosa Cobo Bedía, autora del libro La Prostitución en el Corazón del Capitalismo, la prostitución es un negocio y un fenómeno social clave para entender el capitalismo global y el sistema patriarcal contemporáneo.

La prostitución es un negocio también para los estados. En España forma parte del PIB, aunque resulta imposible saber exactamente cuánto dinero mueve la “industria del sexo”, a pesar de que  la normativa europea, desde 2014, obliga al Instituto Nacional de Estadística a incluir una estimación de lo que supone para la economía española los flujos de las actividades derivadas de la prostitución. Beneficios para todos, menos para las mujeres a las que prostituyen.

A lo largo de la historia, reconocidas feministas como, Mary Wollstonecraft, Simone de Beauvoir, Kate Millett o Clara Zetkin, entre otras muchas,  han sido críticas con la prostitución. Las españolas Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán, Margarita  NelKen, Carmen de Burgos y  Clara Campoamor abogaron  por la abolición.

Las sufragistas americanas e inglesas también fueron fieles defensoras de la abolición de la esclavitud y de la prostitución. En España, nuestras defensoras del voto femenino, llevaron el debate al Congreso en 1932, donde “la Campoamor” pronunció un discurso ejemplar. En 1935, se aprobó mediante decreto el abolicionismo como una forma de garantizar la igualdad entre mujeres y hombres.

Volviendo a Gamonal, ya hubo un club/burdel que fue clausurado en el 2022. Sabiendo como sabemos todo Gamonal, Talavera y comarca que, de nuevo se trata de un club, alguien debería explicarnos por qué el Ayuntamiento de Talavera se muestra dispuesto a darles la licencia municipal de apertura, máxime cuando se encuentra enfrente de un centro escolar y una escuela infantil.

El Convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena de la ONU, establece que los estados están obligados a perseguir a proxenetas y tratantes y a generar políticas públicas para quienes quieran salir de la prostitución.

Todas las personas tienen derecho a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso puedan ser sometidas a tratos inhumanos o degradantes, así reza el artículo 15 de la Constitución Española. En el mismo sentido lo proclama la Declaración Universal de DERECHOS HUMANOS.

Luego, podemos decir, que bajo  el espíritu de la Ley de estas dos normas MAGNAS, el club JAKE no debería obtener licencia de apertura.

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