La rogativa por el agua al Gobierno Regional
Arsenio Talavera 
Antiguamente ante las prolongadas sequías y la falta de agua, en los pueblos se recurría a la intervención divina, toda vez que la intervención humana por la falta de medios e infraestructuras de la época era casi imposible para dar soluciones milagrosas. Por lo que se recurría a las rogativas. Sacaban a los campos vírgenes, santos y cristos para que al apreciar el desastre de los cultivos tuvieran a bien interceder para que callera el líquido elemento.
En varios pueblos de la cuenca del Pusa, que forman parte de la Mancomunidad del Rio Pusa, parece ser que ante la falta de agua solo les va quedando la intervención divina, toda vez que tras años de rogativas a la Administración Regional no tienen pinta de surtir efecto.
Pero vayamos al inicio del problema. Hace más de treinta años se construyó una presa en el río Pusa por encima de Los Navalucillos. El proyecto pretendía terminar con la falta de agua de una veintena de pueblos de la zona, pues la mayoría se abastecían de pozos. La idea en principio era buena, pero la solución con el tiempo ha sido como un dolor de muelas para los municipios.
La presa no solo no ha dado el servicio esperado por la falta de agua, agudizada en los últimos años por las sequía, sino que además se realizó en suelos férricos con lo que el contenido de hierro hace que cuando la presa está bajo mínimos no se apto para el consumo humano.
Otro de los problemas que se ha demostrado con el paso de los años es que los estudios de la capacidad de la presa para abastecer enteramente a todos los pueblos ha sido erróneos, pues se realizó el proyecto para unos 30.000 habitantes y en esos treinta años la población de esos pueblos ha disminuido sustancialmente por la despoblación, en una de las zonas más acuciadas por este problema en Castilla La Mancha, y ni aun así la infraestructura es capaz de abastecer a los pueblos.
Además se estableció la gestión del agua a través de una Mancomunidad. Un ente autónomo conformado por alcaldes y concejales de los diferentes municipios, que debería ser prácticamente autónomo en su financiación con la recaudación del coste del agua. No solo no es así, si no quela pésima ayuda financiera que recibe del Gobierno Regional ha ido a la baja en los últimos años.
Así la cosas nos encontramos con unos ciudadanos sin agua y cuando la tienen, sin agua de calidad, con unos ayuntamientos, aquellos que pueden, que tienen que desviar parte de sus paupérrimos presupuestos para buscar alternativas y volver otra vez a la solución de los pozos como hace más de treinta años y a un Gobierno Regional que ni está ni se le espera para dar una solución definitiva a este problema. La falta de agua, como un bien básico, también es un problema parapoder frenar la despoblación. ¿Quién va a invertir donde ni el agua para el consumo humano le tienes garantizado?
Y a todo esto, se dirán mis paisanos: ese señor que acude anualmente a las fiestas de muchos de esos pueblos por ser el Delegado de la Junta en Talavera, ¿qué hace?, o ese otro que es diputado provincial (da igual del partido que sea), que también se pasea por la fiestas, y que representa a estos pueblos en la Diputación ¿qué hace?, o incluso más allá, esa sociedad denominada Agencia del Agua de Castilla-La Mancha, que cuando lees su objetivos dices: ¡coño! ¡Estos son los que tienen la solución!, pues ¿qué hace?,
Parece ser que, al menos, de cara al ciudadano que paga religiosamente sus impuestos y su agua, aunque no sea apta para el consumo humano, nada.
La situación de estos cuatro pueblos: Retamoso de la Jara, Santa Ana de Pusa, San Martín de Pusa y Villarejo de Montalbán es tan crítica que de no llover en quince días se quedarán sin agua. Y visto lo visto, más les vale que vayan poniendo a sus santos sobre las andas para pedir al de arriba.
El de hoy no es un artículo de opinión, es un artículo reivindicativo dirigido a aquellos que ante los medios evocan aquello de que “no puede haber ciudadanos de primera y de segunda”, pues como dicen en mi pueblo: “que se aten los machos”, que en esta tierra los hay por la dejadez de afrontar un problema que lleva décadas.
Así no, Emiliano.
¿Cuál es tu reacción?
