El liderazgo de Talavera
Mi madre a Talavera le llamaba “el pozo”, toda vez que se “bajaba a Talavera” a todo aquello que no se podía encontrar o solucionar en el pueblo. Por las mañanas a eso de las ocho el “correo”, es decir la Sepulvedana, iba simpre hasta arriba. La estación de Talavera era el alma de una ciudad, que recibía gentes de todos los pueblos de las comarcas limítrofes, tanto de nuestra provincia, como de las de Ávila, Ciudad Real, Cáceres o Badajoz. Por aquel entonces aun existía la Feria Nacional de Ganados (los días 1 y 15 de cada mes) y la Ciudad de la Cerámica presumía de ser una de las ciudades con más sucursales bancarias por habitante.
En esas décadas de los años 70 y 80 del pasado siglo, Talavera ejercía un liderazgo sobre su territorio de influencia, al menos un liderazgo comercial y económico. Dicho liderazgo fue decayendo a la vez que decaía la importancia de la ciudad en la vida de los pueblos.
Hoy se echa de menos, que desde esa apatía económica en la que lleva sumida Talavera desde hace unas décadas, ninguno de los regidores que han pasado por su ayuntamiento, hayan querido promover el liderazgo de la ciudad sobre los pueblos de “sus” comarcas. Desde fuera parece como si Talavera estuviera encerrada entre la Puerta de Cuartos, el Cerro Negro, el Alberche y la Atalaya de Segurilla y todo lo que ocurra lejos de ahí no va con ella, cuando la historia nos dice que cuando más han estado los pueblos de su mano, mejor le ha ido a la ciudad.
Por situación geográfica e histórica sería muy importante ejercer ese liderazgo, haciendo suyas parte de las reivindicaciones de los pueblos, en materias como: la sanidad, el transporte, el empleo o la asistencia social, por poner algunos ejemplos.
A poco que se busque, encontraremos que en otras comunidades autónomas se han constituido Consejos Comarcales a los que se les cede cierta autonomía de gobierno en el desarrollo y gestión de proyectos de su comarca, por ejemplo en materia de turismo, medio ambiente, cultura, servicios sociales, etc., una aspiración a la que debería optar Talavera.
Un Consejo Comarcal podría ser una forma de unir, aun más, la relación económica, social y cultural de Talavera con “sus” pueblos, aunque no veo que a corto plazo ninguno de los candidatos a la alcaldía de Talavera se atreva a llevar en su programa electoral la realización de determinadas acciones encaminadas a ejercer ese liderazgo comarcal. Quizás porque existe demasiado respeto dentro de los partidos a sus mayores de Toledo, por aquello de que: “el que se mueve no sale en la foto”, sin embargo, la gloria está reservada a los valientes y de valientes es consensuar, unir y reivindicar intereses comunes.
Algunos pueden pensar que Talavera ya ejerce ese liderazgo, como por ejemplo cuando invita a los alcaldes de los pueblos de las comarcas a llevar sus bastones y estandartes y acompañar a los carneros en Las Mondas o cuando en ferias permite instalar unas casetas en la Plaza de la Comarca. Eso puede quedar muy folklórico, pero no es liderar.
Liderar es: exigir, reivindicar, proyectar, construir, atraer, etc., conjuntamente con los pueblos, acciones y proyectos encaminados en la mejora y desarrollo del territorio. Sin ese liderazgo y la confluencia de intereses de todas las partes, Talavera podrá seguir durante años mirándose al ombligo, pero no podrá salir del “pozo”, ese que decía mi madre.
Pensemos: ¿Quién aporta más Talavera a la comarca, o la comarca a Talavera? Para mí, sin duda la comarca a Talavera.
¿Cuál es tu reacción?