En la Race 2 Petrucci se lo llevó por delante
Un error en la Superpole Race propicia un domingo negro para Bautista
El gran premio del Campeonato del Mundo de Superbikes disputado en el Autódromo de Most, en la República Checa, le ha sido esquivo al piloto talaverano Álvaro Bautista.
Si el sábado, pese al esfuerzo, se quedó sin podio, y dejándose muchos puntos para la general, este domingo la cosa ha sido nefasta, sin poder puntuar ni en la carrera corta ni en la larga.
Si a ello sumamos que su máxima rival, el turco Toprak Razgatlioglu, está intratable, la decisión de colgar el casco a final de temporada empieza a ser algo más que una posibilidad.
Comenzaba bien la mañana en la Superpole Race con la enésima remontada, que llevaban al doble campeón del mundo de la cilindrada a la tercera plaza con el punto de mira puesto en su compañero en el Aruba it Racing Ducati, Nicolo Bulega.
El transalpino tenía un ritmo inferior pero no dejaba resquicios para adelantar en el extenuante trazado checo.
Bati se cansó y metió la moto por donde casi no cabía. Bulega hizo un recto y, quizás, el talaverano mientras lamentaba haber perjudicado a su compañero se despistó, pisó la grava y se fue al suelo.
Se perdía así su undécimo podio de la temporada, aunque afortunadamente no perjudicaba a Nico, que logró secundar en el segundo cajón de honor a Toprak.
Se avecinaba remontada y… crashed
Tras el fiasco de la Superpole, Bautista sabía que otra vez más tocaba salir en mitad de la parrilla y volver a remontar.
Su salida, fantástica, y antes de llegar a la primera chicane aparecía como una exhalación por la cuarta plaza. Lo malo es que Alex Lowes y Danilo Petrucci también estaban a la par con el piloto cerámico.
Lowes, por dentro, tenía la zona buena, Petrucci tiró para afuera y a Bati, que esperaba que el italiano frenase, se lo llevó puesto, rompiendo las ilusiones, y las previsiones, de que a 22 vueltas iba a dar mucha guerra a Toprak y quien sabe si romper la racha triunfal del otomano, que encadena diez victorias consecutivas.
Una vez más Álvaro demostró su arrojo y amor propio, el mismo que cuando empezaba, pero Most puede haber supuesto un antes y un después en su decisión sobre su futuro. Los 38 años pesan mucho. Veremos.
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