Aunque tengan que llegar a los tribunales europeos
Quieren que dos reyes godos tengan un enterramiento de estado en la Catedral de Toledo
En febrero de 1845 el delegado del gobierno de Isabel II en Toledo depositó en la Catedral Primada los restos de los reyes visigodos Wamba y Recesvinto para que fueran custodiados hasta decidir dónde y cómo enterrarlos: pasados 179 años dos toledanos consideran que ha pasado tiempo más que suficiente y están dispuestos a llegar a los tribunales europeos para lograr un enterramiento de estado para estos dos reyes.
El abogado Joaquín Sánchez Garrido y el historiador Jorge Miranda han explicado esta mañana, en rueda de prensa, los pormenores de una historia única, para Toledo y para España, ya que solamente existen estos restos de reyes godos en Europa occidental
Los restos de Recesvinto y Wamba fueron trasladados por el rey Alfonso X El Sabio a Toledo, a la desaparecida iglesia de Santa Leocadia, pero cuando el inmueble se anexionó al Alcázar como cuartel, el jefe político del Gobierno en Toledo y la comisión provincial de monumentos históricos y artísticos decidieron salvaguardar los restos reales y depositarlos en la Catedral hasta que se decidiera dónde enterrarlos.
Allí se encuentran desde entonces los restos, en la capilla mozárabe de la Catedral, en una pequeña caja de pino.
A lo largo de estos 179 años ha habido repúblicas, dictaduras y monarquías en España pero ningún gobierno se ha interesado por solucionar este trámite pendiente, por lo que estos dos toledanos (Sánchez Garrido ha sido alcalde de Toledo y diputado nacional y Miranda es un reconocimiento historiador pero, sobre todo, un "enamorado" de la ciudad) han decidido tomar cartas en el asunto.
Desde que ha comenzado 2024 han contactado con Casa Real, el Gobierno de España -a través de la Delegación del Gobierno y directamente con el Ministerio de Cultura-, el Gobierno de Castilla-La Mancha y el Ayuntamiento de Toledo, para informar de la situación que está pendiente de resolver desde mediados del siglo XIX.
Además, este pasado mes de febrero el PP en el Congreso de los Diputados preguntó por la reivindicación de Pampliega (Burgos), que pide los restos del rey Wamba porque en esa localidad murió, aunque Alfonso X ordenó que se trasladaran a Toledo.
Las aspiraciones de Pampliega fueron desestimadas hace unos años en los tribunales, pero la pregunta del PP y la respuesta que dio el Gobierno han hecho ver a Joaquín Sánchez Garrido y a Jorge Miranda que hay gran desconocimiento del tema, ya que el Gobierno contestó que el titular de los restos es la Catedral y que, en todo caso, el PP tiene que preguntar al Gobierno de Castilla-La Mancha.
Sánchez Garrido y Miranda han recalcado que los restos son propiedad del Gobierno, que los depositó en la Catedral mientras decidía qué hacer con ellos, y han pedido un "enterramiento digno", de estado, con presencia de los reyes y del Gobierno, para Recesvinto y Wamba y enmendar, así, lo que no se ha hecho en 179 años.
A partir de ahora, van a dar un "tiempo prudencial" al Gobierno, para que se pronuncie, y en caso contrario "movemos pieza" y están dispuestos a llegar a los tribunales europeos.
"No somos gente importante, somos ciudadanos de Toledo que lo único que queremos es lo mejor para la ciudad, y también queremos que el tema se haga de forma adecuada y no esperar otros 179 años más a resolverlo", ha señalado Sánchez Garrido.
Este abogado ha glosado el legado de Recesvinto, uno de los reyes "más importantes" de la historia de España, y ha resaltado que su aspiración también es un apoyo a la unidad de España.
Miranda, por su parte, ha subrayado que están dispuestos reparar una "injusticia histórica" que afecta a los derechos humanos, y ha resumido que piden un "acto de estado" de la importancia que tienen dos reyes de la historia de España.
"Aquí se exhumaron los restos de dos jefes de Estado, se dejaron en depósito y se han olvidado de inhumarlos", ha señalado, además de añadir que "es un tema de mucha trascendencia como para que suelten balones fuera".
Hay dos llaves de la caja donde están los restos: con una llave se quedó el Gobierno, en 1845, y otra la tiene el Cabildo de la Catedral.
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