Tras dos años secas, se han recuperado algo pero de forma excepcional
Las Lagunas de Villafranca de los Caballeros o el espejismo de una cruda realidad
Las lagunas de Villafranca de los Caballeros, uno de los humedales de mayor importancia ecológica de Castilla-La Mancha y Reserva de la Biosfera, declarada por la UNESCO en 1981, se han recuperado este verano de manera "excepcional", lo que está permitiendo a vecinos y visitantes bañarse en la Laguna Grande y que se recupere la fauna en la Chica.
Durante dos años, estos humedales, que cuentan con tres lagunas, estaban totalmente vacíos y secos, sucediéndose reuniones, campañas, protestas y propuestas para encontrar una solución y reactivarlos.
Sin embargo, este año el río Gigüela ha corrido desde noviembre del año pasado hasta mediados de junio, lo que ha permitido a las lagunas coger un nivel aceptable, aunque muy lejos de su nivel máximo, ha explicado a Efe Alejandro Gallego, miembro de la Asociación Lagunas Vivas de Villafranca de los Caballeros.
Esta Reserva de la Biosfera cuenta con la Laguna de la Sal, la Laguna Grande, que es una de las más grandes de La Mancha y se utiliza para fines recreativos gracias a sus 2,5 kilómetros de playa, y la Laguna Chica, que destaca por la riqueza de su biodiversidad.
De hecho, en la Laguna Chica hay aves acuáticas como el pato colorado (Netta rufina), somormujo lavanco (Podiceps cristatus), gran variedad de limícolas como el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), lugar de invernada y cría del aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) y sitio de vital importancia para el descanso de grullas (Grus grus).
A pesar de que, en este momento, la Laguna Grande tiene un nivel para bañarse, "un nivel que cubre hasta las rodillas", Gallego ha destacado que si no se consigue que el río Gigüela "corra" al menos medio año se estaría hablando otra vez de pesimismo.
"Antes corría sus diez meses e, incluso, años enteros, pero ya hemos normalizado que corre medio año y en los últimos años ni eso. Este año pasado llegó sobre noviembre y ha dejado de correr en junio, los meses necesarios para que tenga un nivel aceptable", ha asegurado.
Sobreexplotación del acuífero 23
El problema de este desabastecimiento, ha explicado Gallego, es la sobreexplotación del acuífero 23, el encargado de que corran las aguas superficiales, de manera que se saca más agua de la que el acuífero es capaz de recuperar.
Gallego ha resaltado que la mejora hídrica este año ha sido puntual, por lo que si no se soluciona el problema de la sobreexplotación del acuífero 23 no se augura un buen futuro para los humedales.
Una solución que plantea la Asociación es fomentar el cultivo de calidad en vez de cantidad, ya que se minimizaría el regadío que usan cada vez más los agricultores con el objetivo de hacer rentables sus cultivos, puesto que los precios que tienen no son los adecuados para sobrevivir económicamente.
"Casi todo hoy en día es rentable si se riega, apenas hay secano, por lo que la administración a nivel de la Política Agraria Común (PAC) o a nivel de ayudas debería fomentar la calidad, que no fuera de la mano de la cantidad, para que hicieran rentables sus cultivos y no se vieran obligados a tener que regar sí o sí, que es lo que recuperaría el acuífero 23", ha comentado.
Otro de las causas conocidas es la concesión de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) al río Cigüela que recoge la cantidad de 40 litros por segundo, una cifra que data de 1979, que se aprobó sin ningún criterio científico o medioambiental, que no tiene en cuenta la situación del río a día de hoy y con la que es imposible mantener la biodiversidad de la zona, según ha puesto sobre la mesa la propia Asociación Lagunas Vivas, que aboga por la aprobación de un Plan de Gestión en la cuenca del Gigüela.
En lo referente a la flora y fauna de la zona, Gallego ha dicho que cuando las lagunas han estado secas, el paso migratorio de las aves era muy bajo en relación con los momentos en los que hay agua.
"Hemos visto que cuando ha habido agua, hay cada jornada cientos de pájaros de quince especies diferentes y estos dos años que han estado sin agua, han sido jornadas de doce o quince ejemplares de una o dos especies diferentes", ha comentado.
"Por desgracia", ha apuntado, si no se atajan los problemas de raíz "nos deberíamos acostumbrar a verla más tiempo seca que con agua".
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