La sobrecogedora Procesión del Silencio volvió a conmover a los talaveranos
Una de las procesiones más admiradas, seguidas y sentidas de la Semana Santa de Talavera, la Procesión del Silencio, volvió a congregar y conmover a cientos de talaveranos en la noche del miércoles y la madrugada del Jueves Santo.
Expectación máxima a orillas del río Tajo para admirar el procesionar sobre el puente romano, uno de los momentos que quedan por y para siempre en las retinas de los presentes.
El apagado de luces al paso de cofrades y costaleros de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Espina, y de decenas de penitentes, muchos de ellos descalzos, sobrecoge y remueve a fervientes, pero también a laicos.
Esa aura, esa atmósfera que se crea, casi mágica, potenciada por la luna llena de esta madrugada y por el estruendoso silencio tan sólo alterado por la carraca a lo largo de todo el puente es una experiencia única e ineludible a la que muchos talaveranos son asiduos año tras año.
Otro de los momentos álgidos es el paso de la procesión por las murallas de la calle Carnicerías y bajo el arco de su torre albarrana, donde los sentimientos vuelven a aflorar ante el paso parsimonioso, indeleble y firme de la comitiva, ahora si acompañado por el repique acompasado incesante y constante de los tambores.
Y así hasta La Colegial, para volver a recoger en sus muros a la excelsa talla del maestro José Zazo y Mayo, que data de 1764, tras abandonar ese cobijo temporal de todos los años en el colegio Madre de la Esperanza.
Admiración de asistentes y orgullo, el que esconden bajo sus túnicas negras los cofrades de a pie y los costaleros por pertenecer a una Cofradía que nació al amparo del gremio del Comercio allá por el año 1957 y que protagoniza una de las salidas más sobrecogedoras y conmovedoras de la Semana Santa de Talavera.
Puede consultar y/o descargarse el programa completo de las procesiones de Semana Santa pinchando aquí.
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