En la corrida goyesca de Madrid

Espada firma lo más destacado de la tarde ante la ganadería toledana de El Montecillo

Espada firma lo más destacado de la tarde ante la ganadería toledana de El Montecillo
Las reses de la ganadería toledana exhibieron una excelente presentación / Alejandro Lara.
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Dos de mayo en Madrid, y por lo tanto día grande en la Comunidad. Día grande hilado con su tradicional corrida de toros goyesca en un cartel made in Madrid pero con una corrida de toros reseñada de la ganadería toledana de El Montecillo. 

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Fernando Robleño, Javier Cortés y Francisco José Espada harían el paseíllo en la plaza de toros de Las Ventas ante casi 19.000 personas en los tendidos. Una grandísima entrada y que refleja que los toros están más vivos que nunca. 

Fernando Robleño / Alejandro Lara.
Fernando Robleño / Alejandro Lara.

Una corrida de El Montecillo muy bien presentada, con varios toros aplaudidos de salida, pero mansa y descastada en la muleta. 

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Francisco José Espada dejó lo más destacado ante una mansada y bien presentada, corrida de El Montecillo. El de Fuenlabrada recogió dos ovaciones desde los medios que pudieron haberse convertido en algún apéndice de haber estado certero con los aceros.

Francisco José Espada / Alejandro Lara.
Francisco José Espada / Alejandro Lara.

Espada expuso una barbaridad con el sexto y último de la tarde al que le pudo robar algunos naturales sueltos y pisó terrenos prohibidos. 

Saludaron Pascual Mellinas y Candelas tras un buen lucimiento en banderillas en ese toro.

Falló también con los aceros en su primero -tercero de la tarde- al que dejó unas ceñidas manoletinas en el final de faena y una labor nuevamente de valentía por parte de Espada. Pasándose sin penas ni glorias al de El Montecillo. De no haber sido por el objeto que hace mención a su apellido estaríamos hablando de otra cosa.

Javier Cortés / Alejandro Lara.
Javier Cortés / Alejandro Lara.

Fernando Robleño dejó detalles de madurez y sembró cátedra ante un lote totalmente deslucido y en el que estuvo muy por encima. Un lote al que le robó pases con torería eterna donde no había nada que hacer.

Javier Cortés dejó una importante faena al primer toro de su lote -segundo de la tarde- pero que no fue vista por el presente. Cortés se la jugó de verdad ante un manso de El Montecillo donde expuso una barbaridad. Buscando su concepto en el torero a través de la verdad y la entrega; un esfuerzo gigante que quedó totalmente en vano.

Bien colocado en todo momento y cruzándose al pitón contrario del animal robando muletazos sueltos y de verdad. Todo lo que hizo bien con la muleta, terminó haciéndolo mal con los aceros donde se atascó una barbaridad con la espada y con el descabello.

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