El padre
Arsenio Talavera 
El 19 de marzo se celebra el día de El Padre, que en el santoral católico se corresponde con la festividad de San José, una figura masculina que dentro de la Iglesia siempre ha quedado relegado en un segundo puesto, pues María, la Virgen, era una mujer… como se dice ahora “empoderada” y escogió como padre sobre la tierra para su hijo un hombre trabajador, mayor y bonachón, al menos así nos lo han contado.
En esto de la familia y en lo se refiere al padre, cada cual cuenta la feria según le va porque como dice el dicho popular: “cada uno es de su padre y de su madre” lo nos lleva a entender la diversidad del individuo, que es único e irrepetible, por lo que habrá hijos que resalten y admiren a su padre como otros que ni siquiera se les tengan en la memoria, así son las relaciones sociales y el factor humano.
Viene esto a colación, porque parece que últimamente se pretende desacreditar, la celebración del Día del Padre sin saber muy bien los motivos, pues aunque tenemos días para todo, la figura del padre parece que molesta, eso te hace pensar de los que así piensan como serían sus padres, si es que les llegaron a conocer.
La justificación que alegan es que ahora tenemos muchos modelos de familia y se quedan tan anchos, vamos más bien anchas. En la familia clásica de padre y madre siempre ha convivido con otras no tan ortodoxas, cierto es que la mayoría de las veces por necesidad, pues así teníamos familias compuestas por abuelos y nietos, tíos y sobrinos, viudos y viudas que se volvían a casar y convivían hijos comunes y no comunes, madres solteras, hoy llamadas familias monoparentales y es verdad que se han incorporado otros tipos familias, como por ejemplo las de individuos del mismo sexo con hijos, pero todo ello no es óbice para celebrar el Día del Padre, pues de momento y hasta que no se demuestre lo contrario todo ser humano tiene un padre y una madre que afortunadamente la mayoría hemos conocido a los nuestros.
Otra cosa es la figura paterna que evidentemente ha evolucionado a la vez que ha evolucionado la sociedad y al igual que en los trabajos se piden profesionales comprometidos y con adaptación a los cambios, la figura masculina en la familia está en esa misma etapa, la de la adaptación.
Es en esa adaptación es en la que se ha de encontrar el equilibrio familiar, pero ¿quiénes somos nosotros para quitar a los hijos que celebren el Día del Padre?, esa persona que les lleva al colegio, les recoge de la actividades preescolares, les pone la comida y cada día les da un consejo que les servirá para su caminar por la vida. Dejemos que cada uno celebre este día como le venga en gana, con su padre o con la persona que consideren, porque al igual que madre no hay más que una, a MI PADRE que no me le toquen.
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