Se nos va hogaño
Irremediablemente con el azaroso caminar del tiempo se nos va hogaño, el que pronto pasará a ser antaño, al que recordaremos por más por sus desgracias que por sus fortunas, el que quiso llevarse definitivamente, y no pudo, los últimos resquicios de la pandemia, la que ahora en sus los últimos días parece revivir allí donde comenzó todo, en el hermético imperio comercial chino.
También hogaño, allá por sus comienzos, nos sobresaltó con la invasión rusa de Ucrania, se nos hizo un nudo en la garganta, el fantasma de una guerra en suelo europeo a gran escala parecía cerca, incluso la utilización de armas nucleares, de momento esos temores no han llegado a producirse, pero como contrapartida no hemos sumido en una crisis económica surgida como consecuencia del alto precio de la energía, ese arma de destrucción económica que el oso ruso utiliza contra occidente con más habilidad que sus generales en el campo de batalla.
También hogaño nos trajo un mundial de fútbol atípico, con figurantes pagados animando a selecciones de países a los que a duras penas sabrían colocar en un mapa, un mundial que si la dignidad hubiera estado por encima del dinero no debería haberse celebrado allí, pero quien somos nosotros para afear el famoso verso de Quevedo, aquel de “poderoso caballero es don dinero”
Y aquí en lo más cercano y mundano, hogaño ha tenido de todo, como se decía antes; de todo como en botica, pues es tal el “tótum revolútum” que se hace casi imposible enumerar todo aquello que nos ha marcado este año, quizás como borrón y cuenta nueva, lo mejor es reproducir esa frase de El Quijote en la que el Caballero de la Triste Figura recobra la lucidez y que dice así:
“Señores, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño: yo fui loco, y ya soy cuerdo, fui don Quijote de la Mancha, y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno: pueda con vuesas mercedes mi arrepentimiento y mi verdad volverme a la estimación que de mí se tenía, y prosiga adelante el señor escribano”
Que todos recobremos la cordura en el 2023y que los pájaros de hogaño bien seguro que guardarán bienel nido, por la cuenta que les tiene y mientras prosiga, prosiga el señor escribano, dando cuenta de ello. ¡Feliz año!
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