La Diputación de Toledo da un paso al frente definitivo para gestionarla
La Vía Verde de la Jara, más cerca de abandonar su ostracismo
El Pleno de la Diputación de Toledo ha aprobado la dotación de fondos para formalizar un contrato de arrendamiento de la Vía Verde de la Jara, siempre y cuando se ponga previamente en perfecto estado de uso y disfrute para sus usuarios.
Un viejo deseo, anhelo o pretensión más cerca de concretarse si finalmente el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), propietaria del paraje natural, cierra en esos términos el principio de acuerdo alcanzado, y en el que también está involucrado el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Y es que hace ahora un año, y a raíz de los desprendimientos que tuvieron lugar en octubre de 2021 y que obligaron a cerrar la ruta jareña, las partes implicadas se reunieron para tomar medidas y recuperar ese otrora trazado ferroviario, uno de los principales activos y atractivos turísticos que tiene una comarca de La Jara marcada por la despoblación.
En ese encuentro ya se habló de estudiar la mejor fórmula para conseguir la inversión y ejecución de obra necesaria, apuntando al Programa de Caminos Naturales del MAPA.
Tampoco hay que olvidar que los fondos europeos Next Generation suponen una herramienta fundamental para impulsar la recuperación y la transformación del sector turístico en España.
Del auge al declive
La Vía Verde de la Jara discurre a lo largo de 52,4 kilómetros por la provincia de Toledo, concretamente por los municipios de Calera y Chozas, Aldeanueva de Barbarroya, La Nava de Ricomalilo, El Campillo de la Jara, Sevilleja de la Jara, La Estrella y Puerto de San Vicente.
Este antiguo trazado ferroviario, que nunca se puso en funcionamiento, forma parte del proyecto de Vías Verdes de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles para reconvertir en itinerarios cicloturistas y senderistas infraestructuras ferroviarias en desuso.
El auge del turismo de interior, que se ha visto multiplicado exponencialmente en la última década, ya fue visionado por estos municipios, que en el año 2006 formalizaron una esperanzadora Mancomunidad de la Vía Verde de la Jara, pero que su desastrosa gestión echó por tierra las altas perspectivas de revitalización de la zona, hasta su disolución definitiva que se oficializó en abril de 2019.
En sus primeros años de existencia se constató un creciente interés por este enclave que aprovechaba la expansión de otros similares por la geografía nacional, pero que apenas dejaba réditos tangibles en los municipios.
Y es que la falta de personal directivo cualificado depararó, no sólo caer en el ostracismo, sino que una "pésima gestión llena de irregularidades, de proyectos megalómanos y sin sentido, y la opacidad durante muchos años, llevaron a la Mancomunidad a una situación insostenible” en 2018, según refirió el colectivo cuando anunció el inicio de su disolución.
Ya por entonces se confiaba en que la Diputación de Toledo asumiera la gestión, al ser la administración más idónea y competente para ello.
Y ahora, la reivindicación de la institución provincial de arrendar el trazado en unas condiciones mínimas parece algo cabal, lo que significaría un primer paso para reactivar el enclave, que necesitará ideas y buena gestión no sólo para que no sea deficitaria, sino al contrario, que suponga una fuente de riqueza y de desarrollo económico para la comarca.
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