Destinadas a mejorar la capacidad de esponjamiento natural
La Cátedra del Tajo propone una serie de acciones para evitar las inundaciones
La Cátedra del Tajo ha propuesto una serie acciones destinadas a mejorar la capacidad de esponjamiento natural en terreno para evitar el riesgo de inundación con medidas basadas en la naturaleza.
En nota de prensa, la Cátedra del Tajo ha señalado este lunes que las sociedades modernas, en su "afán urbanizador", han ido ocupando espacios que eran de los ríos y de los arroyos, sus llanuras de inundación, sus riberas e incluso parte de sus cauces, de modo que se han construido viviendas y zonas comunes, escuelas, hospitales, centros de salud y hoteles a su alrededor.
Sin embargo, ha indicado que los cursos fluviales, grandes ríos o pequeños arroyos que llevan agua de manera permanente o temporal o sólo cuando llueve mucho, de vez en cuando reclaman su espacio, lo cual se produce más a menudo por la emergencia de cambio climático actual.
En este sentido, ha apuntado que los expertos en cambio climático dicen que hay que ir al origen del problema y disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, pero mientras tanto, hay que preparar el territorio para un mayor número de periodos extremos, mayores periodos de sequía y de lluvia, quizás más cortos, pero también más intensos.
Medidas para la adaptación
Para ello, la Cátedra del Tajo ha defendido que las soluciones basadas en la naturaleza permiten preparar el terreno para episodios de lluvias extremas y su objetivo es intentar ralentizar la circulación del agua de lluvia a través de acciones que potencien su infiltración en el terreno y evitar así el daño que produce la escorrentía de grandes cantidades de agua en superficie.
Estas medidas pasan, en el ámbito urbano, por hacer las ciudades más permeables con la creación de más zonas verdes, la sustitución de pavimentos impermeables por otros capaces de drenar y el aprovechamiento del agua que recogen los tejados o patios particulares, lo que permite reducir el agua que circula en superficie y en las redes de alcantarillado.
Asimismo, la Cátedra del Tajo ha añadido que en las zonas urbanas resulta necesario posibilitar que los cursos fluviales recuperen su espacio fluvial, al tiempo que ha advertido de que las canalizaciones dan una "falsa sensación de seguridad" porque ante un volumen de lluvias extraordinario, pueden ser incapaces de encauzar las riadas, con lo que el agua desborda con mayor velocidad y capacidad destructiva.
Además, ha agregado que el agua que inunda las zonas urbanas normalmente proviene de la escorrentía generada en las zonas rurales adyacentes, de las cabeceras y partes altas de ríos y arroyos.
Por ello, ha planteado actuar aguas arriba de las poblaciones para evitar la pérdida de suelo en las tierras cultivadas y yermas y que el agua llegue a las zonas urbanas en tanta cantidad y velocidad que sea capaz de generar desastres.
En este marco, ha propuesto recuperar las lindes con vegetación entre parcelas que puedan actuar como pequeñas zonas de retención e infiltración de agua, así como recuperar la vegetación ribereña autóctona en los cursos de agua porque genera un efecto positivo en la ralentización de la avenida y en su infiltración, además de arar en dirección diferente a la de escorrentía y recuperar para la laminación de avenidas aquellas tierras que eran inundadas.
Del mismo modo, ha urgido a recuperar el trazado natural de ríos y arroyos para favorecer cursos sinuosos que ralentizan y favorecen la infiltración, y que renuncie a cultivar en zonas de alta pendiente.
En cuanto a las infraestructuras de comunicación, caminos, carreteras, autovías y vías de tren, la Cátedra del Tajo ha sostenido que funcionan en algunos casos como pequeñas presas pero que puede tener consecuencias muy dañinas en caso de desbordamiento superior, y que el pavimento de las carreteras genera una escorrentía considerable que podría ser dirigida hacia zonas de inundabilidad controlada con vegetación.
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