El público que estaba en el coso madrileño pidió una oreja para él
El toledano Álvaro Lorenzo recibió una cornada en la mejor corrida de la Feria de San Isidro
Hubo que esperar hasta la última semana de festejos, y hasta el último día del mes de mayo, para ver posiblemente la mejor corrida de lo que va de Feria de San Isidro 2023. Una corrida de Santiago Domecq donde embistieron seis de seis ante una terna que estuvo por debajo sobre todo en la primera parte del encierro.
Una terna formada por el mexicano Arturo Saldívar, el madrileño Fernando Adrián y el toledano Álvaro Lorenzo.
Abrió la tarde, la 19ª de abono, el mexicano Saldívar ante un toro de imponente presencia con un pitón complicado pero con gran calidad en sus embestidas.
De hecho el mexicano fue prendido por animal hasta en tres ocasiones; una con la capa al hacer un quite y dos con la muleta. Prendido de fea manera donde le empaló de frente con los pitones. Afortunadamente sin consecuencia alguna. La verdad de Saldívar se quedó en el aire y de hecho se le pitó en algunas ocasiones de la faena. La espada viajó de forma incorrecta.
Saldívar tampoco se encontró con el buen cuarto. Contrariado con su actuación anterior, estuvo sobrepasado por un tren de embestidas de la res. Deslucido en la muleta, en una faena que nunca llegó a emerger, que mereció más y que las orejas del animal fueron al desolladero.
Fernando Adrián aprovechó a su buen primero, otro toro con fuelle y motor, que el madrileño no dejó de escapar. El de Santiago Domecq embestía por ambos pitones y Fernando estuvo muy firme durante toda la faena.
A pesar de ello, los enganchones en la muleta, se sucedieron entre tanda y tanda. Una faena emocionante pero intermitente a la vez. Un espadazo con los aceros le entregarían la primera oreja de la tarde -protestada- por parte del público.
Lo mejor vendrían de la mano del binomio formado por ‘Contento’ de Santi Domecq y Fernando Adrián.
Un gran toro -premiado con la vuelta al ruedo- que buscaba la muleta de forma codiciosa en todo momento de la faena. Fernando vio su momento y no quiso desaprovecharlo.
Su inicio de faena fue rodillas en tierra. Poderoso en la muleta, el madrileño dejó dos naturales soberbios y dos importantes tandas con la mano derecha. Pinchó a la primera con un sartenazo con los aceros pero el segundo espadazo viajó a su sitio.
Cortando una oreja de nuevo a su animal. Una oreja que le daría la puerta grande; una puerta grande que a veces no se debe de conceder si la espada no viaja de forma correcta.
El toledano Álvaro Lorenzo desaprovechó al mejor animal del encierro en la primera parte. Otro toro de Santiago Domecq que se comía la muleta en sus embestidas. Lorenzo estuvo por debajo del animal y la faena no pudo ser como le hubiese gustado al toledano. Cuando enlazó algunos naturales con la muleta ya era tarde.
Con el sexto y último de la tarde, Lorenzo salió con un planteamiento totalmente diferente y a por todas. Fue volteado por el animal en el inicio de las tandas con la muleta. Aparentemente sin consecuencias algunas, aunque luego se confirmaría una cornada de 15centímetros en su muslo izquierdo y una herida de 4centímetros, de la que fue operada en la plaza de toros.
El toledano ni se miró durante la faena. Lorenzo firmó lo mejor de su faena al natural. La espada cayó certera sobre el animal y la petición de oreja asomó por los tendidos. Pero esta vez tocó la cruz de la tarde. Una oreja que nunca llegó y se quedó únicamente en una vuelta al ruedo por parte del toledano.
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