Con viento Solano
El viento Solano, como su nombre indica, es aquel que nos viene por la parte donde sale el sol, también conocido como viento de Levante. En parte de las tierras de Talavera y Extremadura se dice: “Viento solano, agua en la mano, en invierno y no en verano”.
Pues con viento Solano llegaron hace unos días a Madrid un nutrido grupo de manifestantes de Levante a pedir “agua en la mano”.Su protesta era motivada por la última medida del gobierno de ir aumentando progresivamente el caudal ecológico del Tajo y, por consiguiente, rebajar el caudal de trasvase Tajo-Segura.
A la manifestación se personaron sindicatos de regantes, políticos y grandes empresarios, que gritaba algunas consignas como “Levante sin agua, desierto y paro”.¡Qué desvergüenza!
Esa obra de ingeniería que unió dos cuencas en 1979 y cuyo proyecto llevó décadas fraguándose es sin duda el mayor agravio que se ha hecho contra los recursos naturales de un territorio en la historia de España.
El trasvase supuso para la cuenca cedente, la imposibilidad de crear nuevas infraestructuras de regadío y la modernización de un campo al que se condenó a ser un secarral de por vida.
Pero aun peor que el expolio de agua es la pasividad de la sociedad de Castilla La Mancha ante tal agravio. A lo largo de los años se realizaron algunas importantes manifestaciones en la que se volcó la ciudadanía, y que inmediatamente intentaron aprovechar, como siempre, aquellos que están al acecho para politizarlas, los unos y los otros, que en esto de arrimar el ascua a su sardina es en lo poco que coinciden. Hoy en día solo se puede dignificar a algún que otro colectivo que siguen insistiendo en un 'No al Trasvase' y 'Por un Tajo Vivo'. Mientras la sociedad languidece como si el Tajo ya se diera por perdido. El agua del Tajo fue un recurso, que allí donde se aprovechó, creó riqueza y fijación de una población que aún hoy perdura en aquellas zonas que se dotaron de regadío, con anterioridad a la expoliación del agua por los levantinos.
Volviendo a los manifestantes y a sus proclamas, no se si saben los señoritos de Levante que mientras sus comunidades crecen en población, pues gran parte del agua que se llevan lo dedican para el consumo humano, entendiendo como tal su desarrollo turístico; aquí, en cambio, la despoblación se va apoderando a ambos lados lado del Tajo, ya no es cuestión de mirar atrás por lo que se podría haber realizado con un Tajo sin trasvase, sino las oportunidades futuras que se perderán, ante la falta de ese recurso en un escenario donde el agua cada vez tendrá más peso y valor para el desarrollo de los territorios.
La defensa del Tajo y de su caudal debería ser un motivo de reivindicación permanente dentro de un pacto regional por la defensa del agua. De igual forma, debería estar presente en los programas de todos los partidos políticos que quieran defender esta tierra, porque podemos ser muy solidarios con otras comunidades, pero como dicen en mi pueblo: “de buenos a tontos…, solo hay un paso”.
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