Undécima de abono de la Feria de San Isidro de Madrid
Ni el toledano Lorenzo ni el moracho Téllez se encontraron en Las Ventas
Undécima de abono de la Feria de San Isidro de Madrid y hasta dos toledanos juntos se encontraban acartelados en la corrida de toros de El Torero.
El capitalino Álvaro Lorenzo y el moracho Ángel Téllez harían el paseíllo junto al gaditano David Galván.
Sobre el papel, sin lugar a dudas ,podía ser uno de los carteles más tapados de esta Feria de San Isidro: tres toreos jóvenes y una ganadería con argumentos para embestir. Un caso parecido como pasó la temporada pasada con la corrida de Santi Domecq.
Álvaro Lorenzo
El toledano Álvaro Lorenzo se encontró con un gran lote. Un lote posiblemente para abrir la puerta grande de La Ventas. Pero tuvo momentos de altibajos el capitalino en ambas faenas.
Su mejor versión llegó con el quinto de la tarde -mejor animal de la corrida- donde pegó dos grandes series de naturales. Rotundidad y despaciosidad acompañaron a estas, todo ello por el pitón izquierdo del animal. Ese era el pitón para apostar y triunfar.
Lorenzo quiso probar al de El Torero por el pitón contrario y allí terminó de diluirse todo. De una posible faena de triunfo a un oasis en el desierto.
Ángel Téllez
Ángel Téllez, otro de los toledanos en trenzar el paseíllo en la tarde de este miércoles, llegaba con muchas ganas por parte de la afición madrileña tras su rotundo triunfo allá por 2022 cuando abrió la puerta grande de Las Ventas.
El de Mora se plantó el mismo vestido que en aquella ocasión, blanco y plata, como si de un amuleto se tratase para la tarde de ayer.
Pero lo cierto es que no fue así. Nada que ver con aquella versión de 2022 y totalmente alejado de esta; lo más preocupante de ello fue lo dubitativo que se le vio durante toda la tarde. Algo extraño en el moracho ya que tiene cualidades suficientes para demostrar y triunfar. Ya lo hizo.
Dar gracias que todo quedó en un susto en el sexto de la tarde -segundo de su lote- cuando el moracho fue volteado hasta en dos ocasiones por parte del animal. Quizás esas manoletinas y ese cierre final de faena con arrimón incluido sobraban ya que todo hacía ver que terminaría pasando lo que pasó. Afortunadamente en susto.
David Galván
Galván abrió el tarro de las esencias en la tarde de ayer. Llegó como uno de los toreros tapados y a muchos sorprendió. Lo que está claro es que a estas horas se sigue hablando de David y su forma de torear al cuarto de la tarde. ¡Colosal! Galván dejó sin lugar a dudas los mejores momentos de San Isidro hasta el momento.
El de San Fernando tiró de personalidad y creó una obra de arte a su segundo en un compendio de suavidad y creatividad a través de sus muñecas y su muleta. Y es que eso es el toreo, señores. David se rompió con el toro y creó. Creó para poner en pie a los tendidos y hacer rugir a Madrid.
Sin embargo se le concedió, sorprendentemente, sólo una oreja; de haber llevado otro nombre y otros apellidos estaríamos hablando seguramente de una puerta grande para el isleño.
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