En sus cuatro años de funcionamiento

La Unidad de Ictus del hospital de Talavera ha atendido ya a 900 pacientes

La Unidad de Ictus del hospital de Talavera ha atendido ya a 900 pacientes
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La Unidad de Ictus del Hospital General Universitario ‘Nuestra Señora del Prado’ de Talavera de la Reina ha atendido a cerca de 900 pacientes desde que en enero de 2020 se puso en marcha en la sección de Neurología del centro sanitario.

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A lo largo de estos cuatro años se han realizado 134 tratamientos fibrinolíticos y se ha enviado a 41 pacientes para realización de trombectomía mecánica al centro de referencia, el Hospital Universitario de Toledo, según informa la Consejería de Sanidad.

El jefe de la Sección de Neurología del centro hospitalario talaverano, Octavio Sánchez del Valle ha explicado que la Unidad de Ictus está dotada con cuatro camas de hospitalización, monitorizadas de forma permanente, y el centro cuenta igualmente con una consulta específica de patología cerebrovascular, integrada en la sección de Neurología para prestar asistencia sanitaria a aquellos pacientes que, una vez han recibido el alta hospitalaria tras sufrir un ictus, requieren de un seguimiento más estrecho.

Para atender esta patología, la sección de Neurología cuenta con ocho facultativos y personal de Enfermería específicamente formado para la asistencia de estos pacientes, y presta asistencia sanitaria durante las 24 horas del día a los casos en los que es necesario activar el ‘Código Ictus’ en el Área de Talavera.

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La Unidad de Ictus, especialmente orientada para tratar la patología

Una Unidad de Ictus es un espacio hospitalario específicamente orientado para el tratamiento de esta patología, de manera que los pacientes ingresan en una unidad de vigilancia semi intensiva dotada de monitorización continua y con un grupo de profesionales formados por neurólogos especialistas en patología cerebrovascular y enfermería experta en el manejo del ictus.

Factores como la hipertensión arterial, la saturación de oxígeno, la glucemia o la hipertermia actúan sobre los requerimientos metabólicos del sistema nervioso central, provocando un aumento del daño durante la isquemia, por lo cual estos factores deben ser monitorizados y tratados de manera continua en los pacientes con ictus agudo. Numerosos estudios avalan el beneficio clínico de esta monitorización.

El doctor Sánchez del Valle ha dicho que las Unidades de Ictus demuestran un mayor beneficio para los pacientes, ya que se reduce la estancia media hospitalaria, la mortalidad y la dependencia, así como las complicaciones sistémicas y las neurológicas. Asimismo, reducen la mortalidad de los pacientes con ictus cuando se comparan con respecto a las unidades de atención convencional.

En este sentido, la valoración urgente por un neurólogo en las primeras horas ha demostrado disminuir en más de un 15 por ciento la tasa de complicaciones intrahospitalarias, en un 13 por ciento el grado de dependencia y disminuir hasta un tercio la mortalidad intrahospitalaria respecto a otras especialidades médicas.

Esta reducción es especialmente llamativa en las Unidades de Ictus monitorizadas, al conseguirse una reducción de hasta el 22 por ciento en mortalidad y complicaciones intrahospitalarias respecto a las no monitorizadas, dada la complejidad actual del tratamiento agudo del ictus isquémico.

El ingreso en una unidad de ictus produce, además, efectos beneficiosos en el bienestar psicosocial del paciente y se provee de cuidados clínicos, información y consejo clínico-asistencial, que son importantes para la persona. 

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