Este jueves no ha relucido el sol, como dice el dicho
La lluvia respeta la procesión del Corpus de Toledo pero resta muchos visitantes
Con la mirada puesta en el cielo, se ha celebrado este jueves en Toledo la procesión del Corpus Christi, fiesta declarada de Interés Turístico Internacional, que en esta ocasión ha sido menos multitudinaria al atraer a menos visitantes que otros años ante la previsión de lluvia, pese a que el agua, finalmente, ha "respetado" su celebración.
Así, aunque la jornada del Corpus Christi, Día Grande de Toledo, ha amanecido con una lluvia persistente, que no ha impedido a bastantes personas pasear por las calles engalanadas del recorrido procesional, a medida que pasaban las horas ha ido remitiendo y la mayor parte del tiempo ha "respetado" la procesión, aunque no haya lucido el sol.
Pero aunque no se ha cumplido el dicho popular de "tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión", el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, ha podido presidir el desfile de la Custodia de Arfe -que simboliza el cuerpo sacramentado de Cristo- por las calles de la ciudad, después de que este mismo martes afirmase que hubiera sido "dramático" ser recordado como el primer primado en suspender la procesión del Corpus toledano.
A la misa oficiada por monseñor Cerro en la Catedral Primada por el rito hispano-mozárabe, han asistido el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, así como los consejeros toledanos de su Gobierno; el presidente de las Cortes, Pablo Bellido; la alcaldesa en funciones, Milagros Tolón, y el previsible futuro alcalde, el 'popular' Carlos Velázquez, además del líder regional del PP, Paco Núñez, y otras autoridades civiles, militares y religiosas, como el secretario general de la Conferencia Episcopal, César García Magán.
En su homilía durante la misa, el arzobispo ha subrayado que "Corpus Christi es sencillamente Dios en la calle", es decir que "Dios quiere estar cerca de los hombres, que no se quiere quedar encerrado en los templos, sino que quiere salir a visitar a sus hijos, a sus hermanos y a todas las personas que sufren".
Y más tarde, en su alocución bajo el Arco de la Sangre, frente a la Custodia, ha señalado que "a Jesús se le encuentra en la Eucaristía y también podemos verlo en los caminos (...) entre los pobres, los que piden y están necesitados, los desilusionados y los que sufren la guerra de Ucrania".
Por ello, ha pedido que "se haga caridad en el servicio a los más necesitados en una sociedad, que descarta a los niños, que descarta la vida, que descarta realmente tantas cosas", lo que hace de ella, como dice el Papa Francisco, "una sociedad enferma", en la que es necesario recuperar "el sentido pleno de la vida mirando a Jesús", ha reflexionado el arzobispo.
Desde los balcones de la Plaza de Zocodover, como viene siendo tradicional, han contemplado la llegada de la Custodia invitados de otros países, como el embajador de Portugal en España, Joao Antonio Da Costa, quien ha declarado a los periodistas, en su primer Corpus toledano, que le ha parecido "impresionante", no solo por el lado religioso, sino por ver cómo lo vive la gente.
Además , ha resaltado que, pese a la lluvia y la ausencia de sol, el tomillo esparcido por el suelo y las flores que adornan las calles ha "perfumado Toledo".
A este "aroma increíble" se ha referido también el periodista albaceteño y director de Informativos Telecinco, Pedro Piqueras, que ha confesado que, aunque había estado a punto de no venir porque en Madrid, que está a 70 kilómetros de Toledo, "estaba jarreando", se alegra de haberlo hecho, porque el tiempo ha sido "fantástico" y no ha hecho tanto calor como otros años.
También se ha visto gratamente sorprendida por el olor de Toledo la presidenta del Hipódromo de la Zarzuela de Madrid, Maritcha Ruiz Mateos, quien en su primera visita a esta festividad, ha destacado que es un placer venir a esta ciudad "maravillosa", pero lo que le ha llamado "muchísimo la atención" ha sido su olor.
Y es que este jueves 8 de junio, se ha esparcido sobre el suelo del casco histórico de Toledo el equivalente a 30 metros cúbicos de tomillo y los maestros artesanos floristas han adornado las calles con 40.000 flores repartidas en mil macetas.
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