Tras 72 años
La emblemática papelería Loave de Talavera echa el cierre
La falta de relevo generacional ha obligado al cierre de la papelería librería Loave, de Talavera de la Reina, tras 72 años de actividad, y deja "huérfanos" a los miles de clientes de este emblemático establecimiento.
La librería está ubicada en la calle Trinidad, que refleja fielmente el impacto de las crisis económicas en Talavera de la Reina, que la han llevado a ser una de las ciudades de España con más parados (7.601 personas en julio de un total de 85.807 habitantes), que va a sumar una nueva baja con el cierre de este establecimiento, tras la jubilación de su dueño, Andrés Loarte.
El dueño de Loave no ha encontrado a alguien que quiera hacerse cargo de la librería, por lo que este jueves ha tenido que echar el cierre, aunque coincidiendo con el último día de apertura ha querido recibir a clientes y amigos -si es que en su caso no son lo mismo- con los típicos entremeses, botellines de cerveza y opciones para los abstemios y público infantil.
En este acto postrero, y convertido por un día también en camarero, el librero ha atendido a EFE tras dejar una de las bandejas con comida en el mostrador, y ha subido por unas escaleras de madera hacia la segunda planta del negocio, donde alberga una colección de 150 máquinas de escribir que su padre inició en 1995, pero que acoge “joyas” de finales del siglo XIX.
Un negocio familiar de dos generaciones
La historia de Loave, cuenta, comenzó en el año 1952 con su padre, Ventura Loarte, quien lo regentó hasta 1997, cuando pasó a Loarte hijo y hasta la actualidad.
Fue la primera papelería librería que ofreció el servicio de fotocopiadora al público en Talavera de la Reina, adoptando rápidamente innovaciones en comunicaciones como fax, internet o correo electrónico.
Pero a pesar de que ha ido sumándose a todas las innovaciones, el local ha conservado hasta el final su estilo clásico, con elementos de madera procedentes de Guinea Ecuatorial -entonces colonia española- y forja, el que tenía cuando fue bendecido en su inauguración por el sacerdote Antonio Díaz Corralejo.
Ese relevo generacional que hubo antaño, no lo hay en 2024, pues Andrés se jubila y nadie coge el testigo de un negocio "consolidado" e "histórico" en la ciudad, pero que "da para lo justo para vivir", ha admitido el librero.
El gigante electrónico
Los últimos años han marcado el pulso de un comercio local "hundido ante el gigante del electrónico", ha señalado Loarte, quien relata que tras siete décadas de historia les ha afectado la "competencia feroz" del comercio electrónico".
"Ni juntándonos todos los libreros de España podemos competir con Amazon", ha lamentado Loarte, que ha añadido: "Ahora necesitas un producto para ayer y te lo traen al momento desde cualquier punto del mundo. Contra eso no podemos competir”.
De esta forma, se está perdiendo la esencia del comercio local, ha avisado el librero “antes quedaba la especialización y tener cosas que no tenía nadie. Ahora eso ya no es así, la vida evoluciona, pero la dinámica es extraña".
Incluso "con el tiempo, va a matar hasta a las grandes superficies", ha vaticinado Andrés Loarte, reflexivo y crítico.
Aunque está contento por el cariño que le han mostrado los clientes tras conocer la noticia del cierre, pero reconoce que piensa con pena en la clientela: "Los dejamos abandonados", asevera.
"Ellos han sido la razón de ser de esta casa, si no hubieran estado a nuestro lado, no hubiéramos seguido hasta aquí. Han sido lo mejor que hemos tenido. Lo mejor, de verdad", recalca Andrés Loarte,
Con su jubilación, Loave echa el cierre a la espera de un comprador. Las maquinas, se quedan con Andrés. Talavera, pierde y la cultura, también.
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