En el Museo del Greco
La apasionante historia que esconde uno de los Picassos expuestos en Toledo
El cuadro de Picasso 'Venus y el Amor' esconde una historia "apasionante" que ha recordado el toledano Museo del Greco al exponer temporalmente esta pintura, una historia que se remonta al año 1967 y que vincula a los jóvenes de la ciudad suiza de Basilea con el pintor malagueño.
Corría el otoño del año 1967 cuando el coleccionista Peter G. Staechelin decidió vender dos obras de Picasso, expuestas en el Kunstmuseum Basel de Suiza, debido a las deudas causadas por un accidente aéreo: 'Los dos hermanos' (1906) y 'Arlequín sentado' (1923).
El 12 de octubre de 1967 el gobierno de Basilea decidió comprar esos cuadros aportando seis millones de francos suizos y esperando recibir los restantes dos millones en donativos; sin embargo, era una importante inversión de dinero público y causó disparidad de opiniones entre la población.
Un grupo liderado por Albert Lauper recogió suficientes firmas para someter a referéndum la decisión de comprar los cuadros y durante los siguientes meses, hasta el 17 de diciembre de 1967, muchos habitantes de Basilea, especialmente los jóvenes, se movilizaron "apasionadamente" para adquirir las obras.
En algunas pancartas de aquellos días se podía leer 'All you need is Pablo' (The Beatles acababan de lanzar 'All you need is love' ese mismo año) o 'I like Pablo'.
El 17 de diciembre de 1967 se hizo el referéndum para la adquisición de las obras y la mayoría votó a favor. Al verlo, Picasso decidió añadir cuatro donaciones más, entre ellas 'Venus y el Amor', la pintura que el Museo del Greco expone temporalmente hasta el próximo día 25 de septiembre debido a un intercambio institucional con el Kunstmuseum Basel de Suiza.
Las pinturas que donó Picasso a los jóvenes de Basilea son: 'Venus y el Amor ' y 'La pareja' (hacían conjunto y fueron pintadas en 1967), 'Hombre, mujer y niño' (1906) y un dibujo preparatorio de 'Las señoritas de Aviñón'.
No era una donación
Al entregar sus cuadros, Picasso dejó claro que no era una donación al museo sino a los jóvenes que se habían movilizado por su obra.
Esta hermosa historia la ha rescatado el Museo del Greco en sus redes sociales ampliando información y detalles a la Agencia Efe, a la que ha avanzado un ciclo de conferencias que ha organizado este mes con motivo de la exposición temporal 'Picasso visita al Greco', que incluye dos cuadros de Picasso -'Mujer con sombrero sentada en un sillón' y 'Venus y el amor'- conversando con las pinturas del Greco.
Estas conferencias buscan estudiar la especial relación existente entre el maestro cretense y el genio malagueño y se inician el jueves día 15 con la catedrática de Historia del Arte en la Facultad de Humanidades de Toledo Palma Martínez-Burgos hablando sobre ‘El Greco nunca pintó el amor’.
El martes día 20 la coordinadora de Exposiciones del Museo Picasso de Málaga, Inmaculada Abolafio, hablará sobre ‘Picasso y el retrato femenino: la modernidad del Greco en los maestros contemporáneos’, y el jueves 22 el jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX del Museo del Prado Javier Barón Thaidigsmann pronunciará la charla ‘Picasso y el Greco’.
El Museo del Greco está exponiendo los dos cuadros de Picasso por un intercambio con el Kunstmuseum Basel de Suiza, que, a su vez, expone tres pinturas que han viajado desde Toledo, 'San Juan', 'San Bartolomé' y 'San Simón' del Apostolado del Greco, dentro de la exposición temporal que analiza los vínculos entre los dos artistas.
En 1898 un joven Picasso dejó escritas unas palabras dirigidas a sus maestros de referencia: "Greco, Velázquez, inspirarme". Lo escribió así, textualmente: inspirarme en lugar del imperativo inspiradme. Años más tarde, Picasso visitó el Museo del Greco en Toledo, que se inauguró en 1910.
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