En la segunda corrida del Corpus de Toledo
Eugenio de Mora y Álvaro Lorenzo ofrecen buena dimensión pero fallan con la espada
Como novedad y sin precedentes en los últimos años, en esta ocasión Toledo contaba con dos festejos taurinos con motivo de su tradicional festividad del Corpus Christi, este también en forma de corrida de toros.
Era la segunda de abono en la Ciudad Imperial y se había confeccionado un cartel cien por cien toledano con toros de la ganadería de Conde de Mayalde -que lidiaba su única corrida al completo en España- y un cartel donde el moracho Eugenio de Mora conmemoraba sus 25 años de alternativa junto al otro toledano, Álvaro Lorenzo.
Con un tercio de entrada en los tendidos y bajo un calor asfixiante en la ciudad tras la ola de calor que está atravesando durante esta semana, daba comienzo la corrida. Guardando anteriormente un minuto de silencio en honor al maestro Andrés Vázquez y el posterior homenaje a Eugenio de Mora con motivo de sus 25 años como matador de toros.
Un emotivo acto por parte del empresario, Nacho Lloret y del presidente de la comunidad de propietarios del coso, Eduardo Martin Peñato.
Eugenio de Mora recibió con soltura y oficio al primero de la tarde donde se gustó con la capa. El de Mayalde tenía buena condición pero estaba justo de fuerzas y el moracho lo entendió a la perfección. Faena a media altura con la muleta donde los mejores pasajes llegaron a través de su mano derecha; matando de una estocada en lo alto para cortar la primera oreja de la tarde.
El segundo de su lote fue un animal más áspero y el diestro tuvo que tirar de oficio tanto con la capa como con la muleta. Faena templada por ambos pitones bajándole la mano al astado y que se quedó sin premio alguno tras el fallo con los aceros.
Lo mejor de la tarde, y lo mejor por parte de Eugenio, llegó en el quinto -tercero de su lote- que fue el mejor animal del encierro y que mereció la vuelta al ruedo no concedida por la presidencia. Las hechuras del toro de la res no podían fallar y así sucedió. Toro de pelaje negro, bajo y rematado que ya por la mañana en corrales hacía de presagiar algo importante.
Eugenio de Mora planteó una faena dando distancia al animal y citando desde lo lejos. El de Mayalde acometía cada vez que el moracho le echaba la muleta por ambas manos. Hubo naturales muy largos que quedaron para sus adentros y el deleite del público presente.
Sin lugar a dudas una gran faena que podía tener premio gordo. Pero una estocada mal colocada y la mala ejecución con el descabello iban a privar a Eugenio de Mora de volver a tocar pelo y salir por la puerta grande.
Álvaro Lorenzo
Álvaro Lorenzo también pudo salir a hombros en la tarde del sábado en Toledo pero la espada también se chocó con el toledano y le impidió tocar pelo. Ya que el bagaje de la corrida fue únicamente de una oreja, cortada por Eugenio de Mora, en el primero de la tarde.
Lorenzo perdió como mínimo una oreja en cada uno de sus animales (cuarto y sexto de la tarde) donde se atasco en ambos con los aceros.
Su mejor faena llegó con el sexto y último que cerraba plaza -otro gran toro de Conde de Mayalde- donde Lorenzo supo encontrar las teclas necesarias a través del temple de su muleta. Dejó detalles de calidad y torería al natural con su muleta.
El momento trágico lo protagonizó Victor Cañas, banderillero de Álvaro Lorenzo, quién recibió dos cornadas tras ser prendido en la entrada de un par de banderillas. Una herida a la altura de la cabeza y otra en la axila.
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