En la última corrida de la Feria de San Isidro

El albaceteño Sergio Serrano se hace con la oreja de oro de la corrida de la prensa

El albaceteño Sergio Serrano se hace con la oreja de oro de la corrida de la prensa
Sergio Serrano vivió un momento de peligro. (Reportaje gráfico de Alejandro Lara)
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El torero albaceteño Sergio Serrano dio una gran dimensión en cuerpo y alma y se entregó con toda su verdad en la última corrida de ciclo de la feria de San Isidro 202. Un triunfo que no pudo ser redondeado por pinchar con los aceros en el segundo de la tarde,

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De hecho Serrano, fue declarado el triunfador de la tarde, y se alzó con la oreja de oro que se hace entrega después de finalizar la corrida de la prensa. Una obra de cuerpo y alma que solo la espada pudo estropearla.

Serrano recordó al toledano Gómez del Pilar cuando se marchó en el primero de su lote hacia el portón de los sustos. Allí se llevó una tremenda voltereta sin consecuencias ninguna y siguió lanceando con la capa al victorino.

Serrano apostó al natural y apostó de verdad con un extraordinario toro. Se rompió por ambos pitones y hubo naturales muy largos. Aunque lo mejor de la faena llegó con la zurda. Allí se rompió en cuerpo y alma y rompió los tendidos de Madrid. Hubo tres series al natural que se quedaron grabadas en la retina.

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Natural de Sergio Serrano al segundo de la tarde.
Natural de Sergio Serrano al segundo de la tarde.

Dando el pecho, de frente y con verdad. Serrano como mínimo tenía una oreja ya cortada. Había cautivado a la afición con la verdad en su toreo. Pero de nuevo, la espada haría que se esfuercen de un plumazo las opciones de triunfo. Tres pinchazos tuvieron que pasar para que Serrano consiguiera meter la espada con habilidad.

Pero lo que quedó claro en la tarde de este domingo es que el albaceteño ha robado un pedacito del corazón de Madrid. Serrano vibró quizás con el toro más importante de toda la feria.

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En el quinto de la tarde -segundo de su lote- pudieron más la voluntad y las ganas que otra cosa. De nuevo se marchó al portón de los sustos. En esta ocasión con habilidad. Hubo emoción en el tercio de varas y de banderillas, y Serrano brindó al respetable desde los medios.

En la muleta el de victorino no llegó nunca a romper. Nunca se entregó como lo hacía el albaceteño con su muleta y nuevamente con su verdad. Cruzándose en todo momento ante un animal falto de posibilidades. Escuchó palmas en su segundo toro.

Antonio Ferrera,
Antonio Ferrera,

La cara y la cruz

Antonio Ferrera ofreció la cara y la cruz en su comparecencia ante los victorinos. El primero de su lote fue un animal noble al que apenas quiso verle. De hecho, por momentos, fue pitado por parte del público. Una faena a media altura donde no hubo ningún pasaje que destacar y donde sobre todo faltó conexión, mucha conexión. Silencio y algunos pitos tras pinchazo y media estocada.

Al cuarto de la tarde -segundo de su lote- lo toreó en los tendidos de sol. Aunque ya para esas horas daba más sombra que sol. Entre el 5 y el 6. Durante el tercio de banderillas, Fernando Sánchez volvió a estar colosal.

Nuevamente se desmonteró. Ferrera inició su faena de muleta basada en la mano derecha aunque las tandas de naturales acabaron llegando por ambos pitones. El de victorino fue más que potable en su embestida y humilló cuando el extremeño le echó la muleta.

Lo mejor de la faena llegó en las tandas finales. Recogido y adornado en sus pases. Allí llegó el arrimón final. Escuchó algunas palmas tras dejar una estocada baja tras aviso.

Román Collado.
Román Collado.

Román se propuso llegar a la tarde de este domingo y lo consiguió. Acortando plazos tras su cornada en el gemelo en la corrida de Luis Algarra, el torero valenciano, no quería perderse la última cita. A su primero lo despachó con mucho oficio en el capote.

Solvente con el victorino en las verónicas de salida. Brindó a la presidenta de la Comunidad de Madrid. El animal se quedaba corto en la muleta del valenciano. Demasiado corto por momentos. Román siempre estuvo firme y apostó a pesar de este defecto. Aunque su actuación se vio emborronada tras dejar varios pinchazos y hacer uso del descabello.

El sexto y último que cerraba plaza, y que también cerraba lo que había sido San Isidro 2022, era un tío. Sin lugar a dudas el toro más serio de toda la corrida. Y eso que no era el que más pesaba. Refrendando la frase lo de que en los kilos no está el trapío.

Brindó al respetable. Pero se topó con un animal reponedor y deslucido en la muleta del valenciano. Poco pudo hacer Román viéndose silenciado.

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