Aunque sin restringir el tráfico a ningún vehículo
Toledo activará las cámaras de la Zona de Bajas Emisiones el 15 de octubre
El concejal de Movilidad, Transportes, Interior y Personal en el Ayuntamiento de Toledo, Iñaki Jiménez Gómez, ha informado de que las cámaras de videovigilancia que se están instalando en la ciudad en el marco del proyecto de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), se pondrán en funcionamiento el 15 de octubre de 2024, con el fin de diseñar e implementar un sistema global de gestión de movilidad en la ciudad.
Según ha asegurado el concejal de Movilidad en rueda de prensa, el proyecto contempla la instalación de cámaras de videovigilancia para controlar los accesos más importantes de la ciudad, con un total de entre 89 y 110 cámaras previstas, que incluirán dispositivos OCR (reconocimiento óptico de caracteres) para la identificación de las placas de matrícula de los vehículos.
El concejal también ha informado sobre la instalación de cámaras adicionales en Azucaica, la zona del Valle y el camino de Albarreal, que no estaban contempladas inicialmente en el proyecto.
Sin embargo, ha precisado que la puesta en marcha de estas cámaras de videovigilancia, que ya están prácticamente instaladas, no supondrán restricciones para los padres que lleven a sus hijos al colegio en el Casco hHstórico, y ha subrayado que "la Zona de Bajas Emisiones ya existe en la ciudad y simplemente se va a reforzar".
Asimismo, se instalarán medidores de calidad del aire y estaciones de aforo en diversos puntos de la ciudad, así como paneles informativos de mensajes variables y de señalización de plazas libres en aparcamientos públicos.
Jiménez ha detallado el cronograma del proyecto, desde la aprobación del convenio de concesión de la ayuda con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha el 30 de diciembre de 2022, hasta el inicio de las obras el 17 de febrero de 2024.
"La finalización inicial del proyecto estaba prevista para el 31 de julio, pero se ha autorizado una ampliación del plazo hasta el 15 de octubre", ha aclarado.
En cuanto al impacto del proyecto en el tráfico y la movilidad, el concejal ha señalado que la ciudad no tiene altos niveles de contaminación y, por lo tanto, no se esperan episodios de alta contaminación, por lo que ha apuntado la posibilidad de que el tráfico rodado se limite solo en circunstancias excepcionales.
Jiménez también ha abordado la preocupación sobre los atascos en el polígono industrial, y ha indicado que el equipo de gobierno ha mantenido varias reuniones con la Dirección General de Tráfico y otras entidades para encontrar soluciones. "La solución propuesta incluye la señalización de salidas alternativas, aunque creemos que esta medida no es suficiente", ha resaltado.
Carga y descarga en el Casco Histórico
Finalmente, ha mencionado que están estudiando mejoras en la gestión de carga y descarga de mercancías en el Casco Histórico para reducir el impacto de los vehículos pesados.
Por ejemplo, ha indicado que el Ayuntamiento de Toledo está barajando varias posibilidades, como reducir el horario, crear 'camiones nodrizas' en aparcamientos disuasorios para que accedan al Casco los más pequeños y puedan ir puerta a puerta descargando la mercancía o limitar el reparto de bebidas y perecederos un día sí, un día no, si bien ha subrayado que todas estas medidas se tienen que consensuar con los empresarios.
"Todo esto es parte de nuestro esfuerzo por mejorar la movilidad en Toledo, hacerla más sostenible y proporcionar un entorno más habitable y saludable para nuestros ciudadanos", ha concluido Jiménez.
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