Como coordinadora de las CCAA en el Consejo de Ministros de Medio Ambiente

Mercedes Gómez lleva a la UE la reducción de residuos textiles y el desperdicio de alimentos

Mercedes Gómez lleva a la UE la reducción de residuos textiles y el desperdicio de alimentos
Gómez (c), junto a la ministra Teresa Ribera.
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La consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez, ha participado en el primer Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea de 2024 como región responsable de la coordinación de la postura común de las comunidades autónomas españolas en dos temas: la reducción de residuos textiles y el desperdicio de alimentos.

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Gómez ha participado en esa cita junto a la delegación española, encabezada por la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), Teresa Ribera, según informa este lunes el gobierno regional, que añade que han sido dos los temas principales en los que Mercedes Gómez ha presentado la posición coordinada y trasladada al Ministerio para su consideración e incorporación a la propuesta española de cara al debate.

En concreto, ha participado en el debate sobre la propuesta de modificación de la directiva 2008/98/CE de residuos, por un lado, ante la necesidad de abordar el impacto medioambiental de los residuos textiles y, por otro, el papel y seguimiento del desperdicio de alimentos.

En cuanto a los residuos textiles, Gómez ha expresado que las comunidades autónomas consideran que la propuesta de responsabilidad ampliada del productor es una medida muy eficaz y conveniente, siempre que se tengan en cuenta todas las etapas de la jerarquía de residuos sin descuidar la prevención de su generación.

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Para las regiones españolas, ha asegurado, es clave que los sistemas de responsabilidad ampliada del productor asuman todos y cada uno de los costes de gestión de los residuos textiles, también el coste de la parte proporcional de recogida y de tratamiento de todo el textil que aparezca en la fracción resto.

 Además, ha añadido que es esencial que las entidades sociales y empresas de economía social participen en su gestión, como propone la Comisión.

En cuanto al desperdicio alimentario, la consejera ha señalado que las comunidades autónomas españolas coinciden en la urgente necesidad de establecer de manera coordinada estrategias y mecanismos de prevención, y por ello piden una mayor flexibilidad a los estados miembros para adoptar medidas de prevención que se adapten a la realidad y circunstancias regionales.

Como ha manifestado, los objetivos vinculantes propuestos son muy ambiciosos y considera que particularmente en los hogares será complicado reducir en un 30 por ciento la generación de residuos alimentarios en 2030.

"Valoramos positivamente la realización de un estudio de lo que sería la parte comestible y no comestible de un alimento que permita diferenciar lo que es residuo o desperdicio alimentario y llegar a una definición consensuada a nivel de la UE sobre el mismo”, ha indicado.

Ha señalado que las administraciones públicas regionales pueden dar ejemplo implementando, entre otras, medidas de prevención y reducción en los comedores colectivos, tanto en el ámbito educativo como en el hospitalario o de la atención sociosanitaria, así como mediante la introducción de cláusulas en las licitaciones de contratación pública de prestación de servicios alimentarios.

Castilla-La Mancha ya tiene varias medidas de reducción de residuos

Sobre estos asuntos concretos, Mercedes Gómez ha señalado, a preguntas a los medios, que Castilla-La Mancha ya tiene avanzadas distintas medidas para mejorar el actual modelo de gestión de este tipo de residuos y reducir la cantidad que acaba en los vertederos.

 Así, en el nuevo Plan regional de Prevención y Gestión de Residuos 2030, que se aprobará, previsiblemente, antes del verano, se incorporan los objetivos derivados de la nueva normativa estatal y comunitaria, tanto en materia de prevención como en gestión de residuos.

En lo que se refiere a residuo textil, hay medidas dirigidas a facilitar la implantación de la recogida separada a nivel municipal de este flujo, que será obligatoria a 31 de diciembre de 2024, así como para coordinar el seguimiento de su implantación a través de la creación de la Comisión de Coordinación de entidades locales. Por otro lado, se incluyen actuaciones para fomentar la preparación para la reutilización.

La Consejería, ha recordado, convocó en 2022 y 2023 una serie de líneas de ayudas por más de 4,1 millones de euros para favorecer la gestión de residuos textiles.

Respecto al desperdicio alimentario, ha explicado que en el nuevo Plan regional de Prevención y Gestión de Residuos 2030 se asumen los compromisos ambientales relacionados en la Estrategia Sin Desperdicio 2030 de Castilla-La Mancha, cuyo objetivo es reducir a la mitad la cantidad de desperdicio alimentario producido en todos los sectores de la cadena agroalimentaria de la región, que equivaldría a tirar 60.000 toneladas de alimentos a la basura por importe de 500 millones de euros. 

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