Las gasolineras de La Sagra respiran tras caer la banda que robaba gasoil
Las estaciones de servicio de la zona de La Sagra respiran traer caer la banda que robaba gasoil, un delito tipificado como hurto, al no mediar violencia.
El modus operandi era el mismo: usaban coches de renting tipo SUV a los que cambiaban las matrículas; aparecían en la gasolinera vestidos con mono de trabajo y chaleco reflectante y el maletero repleto de garrafas, las llenaban de gasoil y se marchaban sin pagar.
Posteriormente vendían el combustible sustraído, a un euro, en la Cañada Real de Madrid.
Resistencia a la detención
Tras comenzar la investigación agentes del Puesto de la Guardia Civil de Seseña, a raíz de varias denuncias interpuestas por gerentes de estaciones de servicio de la zona en el mes de noviembre, la ‘Operación Garrafón 36 – Soup’ determinó que uno de los cacos pernoctaba la madrileña localidad de Velilla de San Antonio.
Puesto en vigilancia, sólo hubo que esperar a que se dispusiera a realizar un nuevo hurto. Así, los agentes interceptaron el vehículo con el que viajaba con dos compinches.
En el momento de proceder a la detención de las tres personas, los presuntos autores embistieron a dos vehículos oficiales, causando daños materiales de consideración y golpearon igualmente a un guardia civil, provocándole lesiones de carácter leve.
Ya totalmente bloqueado el vehículo, el conductor se apeó de él portando un punzón y trató de agredir a los agentes que trataban de detenerlo, aunque no le fue posible debido a la rápida actuación de los funcionarios.
Imputaciones
Finalmente, la operación se salda con la detención de tres personas, dos hombres y una mujer, de entre 29 y 56 años, a los que se les acusa de 30 delitos estafa de combustible, ya graves por reincidencia; un delito de robo con violencia o intimidación; 20 delitos de falsificación de placas de matrícula; 30 delitos contra la seguridad del tráfico; tres delitos de desobediencia grave y tres delitos de atentado contra agentes de la autoridad.
Los hurtos de combustible se han producido en distintas localidades de las provincias de Toledo, Madrid, Ávila, Cuenca y Guadalajara.
El gasoil estafado está valorado en más de 18.000 euros.
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