Los hechos se remontan a mayo de 2018
Juzgan el truculento crimen con sicario de Las Ventas de Retamosa
EFE - AhoraCLM 
El próximo lunes 26 de febrero comienza en la Audiencia Provincial de Toledo el juicio, con jurado popular, por el truculento crimen ocurrido el 4 de mayo de 2018 en la urbanización Monteviejo II de Las Ventas de Retamosa.
Ese día, en las confluencias de las calles Fuensalida y Casarrubios, un sicario interceptó con coche y disparó contra sus ocupantes por encargo de un matrimonio. La mujer que conducía murió asesinada y su hijo de 12 años resultó herido.
El ministerio público solicita que cada uno de los tres encausados sea condenado a 25 años de prisión por el delito de asesinato y a 15 años de cárcel por el de asesinato en grado de tentativa.
R.R.A. en concepto de autor material y el matrimonio formado por L.C.M. y M.C.M.V. como inductores y cooperadores necesarios, según se indica en el escrito de acusación del fiscal, al que ha tenido acceso EFE.
Como queda dicho, el asesinato se produjo el 4 de mayo de 2018 en una calle de la localidad toledana de Las Ventas de Retamosa, en la que R.R.A. interceptó el turismo en el que circulaba la fallecida junto a su hijo menor y efectuó siete disparos con una pistola por el cristal de la ventanilla del lado del conductor, "sin posibilidad de reacción de defensa por parte de la misma ante un ataque inesperado y sorpresivo", mantiene el ministerio público.
También sostiene que el procesado sabía que, además de matar a la mujer, alguno de los disparos podían alcanzar a su hijo y ocasionarle la muerte. De hecho, el menor sufrió heridas muy graves, que le han dejado secuelas como cicatrices y trastornos neuróticos.
El procesado efectuó los disparos con una pistola fabricada en Serbia, que tenía el número de identificación borrado y para cuyo uso no tenía permiso, y se desplazó hasta Las Ventas con Retamosa en un turismo que había sido sustraído en Getafe (Madrid).
Por ello, el fiscal solicita que sea condenado a tres años de prisión como presunto autor de un delito de tenencia ilícita de armas y a otros tres años por un delito de robo con fuerza, por lo que la petición total de condena es de 46 años de cárcel.
Según el relato del ministerio público, la mujer asesinada había trabajado para el matrimonio en Las Ventas de Retamosa, donde residían tanto la fallecida como la pareja de procesados, hasta que empezó a haber desavenencias entre ellos.
Estas desavenencias tuvieron su origen en conductas extramatrimoniales de la procesada, que conocía la asesinada, y en las presiones que empezó a ejercer el marido sobre la víctima al no quererle revelar lo que había ocurrido. Además, la acusaron de haberles robado 30.000 euros que tenían guardados en el domicilio.
Debido a estas desavenencias, el matrimonio empezó a amenazar a la asesinada con causarle algún mal a ella y a su familia, e incluso el procesado le llegó a exhibir una pistola que poseía y a advertirle: "Vete de aquí o te pego un tiro a ti y a tus hijos".
La víctima dio a conocer estas amenazas y el matrimonio fue expulsado del pueblo (destierro que acordaron los patriarcas de la zona por el comportamiento del matrimonio en la localidad en aplicación de los usos y costumbres mercheras), según el fiscal.
Responsabilizaron a la víctima, a la que dijeron el día que se produjo la expulsión que "estaba muerta" y que la iban a matar a ella y a sus hijos, antes de ir a vivir temporalmente a Badalona (Barcelona), desde donde contactaron con el ejecutor del asesinato, que vivía en Moncada y Reixach junto a su mujer A.S.A, que también está procesada en la causa por un delito de encubrimiento.
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