Algo más que un museo
El Pozo los Lagartos, la otra oferta cultural de Consuegra
Consuegra es archiconocida por sus doce molinos y su castillo, empingorotados en el Cerro Calderico.
También por su gastronomía, su artesanía -cerámica, forja, cantería, cuero, madera-, por su fiesta del azafrán o su teatralización de la batalla medieval en la que murió el hijo de El Cid.
A estos atractivos se les ha unido otro en los últimos tiempos, que amplía la oferta turística: El Pozo los Lagartos, algo más que museo.
Han pasado casi 20 años desde que Vicente Manzano Palomino (Consuegra, 17 de noviembre de 1953) diera un paso más en su creación artística y, sin dejar la pintura, se volcase en la escultura y los mosaicos.
Fue entonces cuando decidió preservar los terrenos y edificios de la vaquería de su familia, en la que trabajó con su padre y su tío de sol a sol -como ahora se dice 24-7-365- para convertirlos en un taller-estudio donde ha podido desarrollar sus muchas inquietudes artísticas.
Vicente es un tipo curioso y entrañable. Y sorprendente. Cualquiera que se acerque a esa finca que lleva por nombre el apodo de la familia, “cosas de los pueblos”, quedará maravillado de ver y hablar con un hombre de campo de vasta cultura, en el amplio sentido de la palabra.
Un anacronismo vital del que buena parte de culpa la tiene Migue Ángel Moraleda Santacruz, destacado e internacionalmente reconocido pintor consaburense, ahora afincado en Lituania, que en 1991 abrió una escuela de pintura en ‘Los Corredores’ a la que Vicente se apuntó desde el primer día, y donde coincidió con Kasuya, un profesor de pintura japonés.
Ambos marcaron a Vicente Manzano en su aprendizaje, lo que sumado a las influencias de su gusto Paul Cezanne y Juan Gris, le llevaron a iniciar una prolífica obra pictórica donde predominaban bodegones, paisajes, retratos y autorretratos.
Todo ese bagaje fue el germen de El Pozo los Lagartos.
El Pozo los Lagartos, algo más que un museo
El Pozo de los Lagartos combina taller, sala de exposición de pinturas y un museo al aire de esculturas y mosaicos.
La zona escultórica de El Pozo los Lagartos es un viaje por la historia de la mano de grandes pintores, poetas, músicos, cineastas, inventores, escultores, arquitectos y hombres y mujeres de ciencia.
Entre otras esculturas, hay más de 60 bustos modelados a mano y únicos, porque tras el sensible modelaje los moldes son desechados.
Además de admirar y disfrutar de la obra, lo atractivo de El Pozo los Lagartos también radica en la atención personalizada del artista, que no tendrá ningún problema ni prisa para conversar de su obra, de curiosidades de los personajes que inmortaliza y de cultura en general con cualquier visitante que por allí se acerque.
La ilusión de Vicente Manzano es que este sui géneris museo se convierta en centro cultural interactivo donde asociaciones, colectivos, escolares, estudiantes o aficionados tengan un espacio en el que poder desarrollar sus inquietudes artísticas y abrazar la cultura.
Es decir, la promoción, la divulgación y el conocimiento de la cultura por medio de las Bellas Artes. Pero eso ya no depende sólo de él.
¿Cuál es tu reacción?