Gafado desde que se colocó hace ahora casi cuatro años
El mural de la calle San Clemente de Talavera recupera su esplendor
El mural de cerámica dedicado a las Mondas de la calle San Clemente de Talavera ha recuperado su esplendor.
Este mural, cuyo autor es el reputado ceramista Carlos Garrido, estuvo ‘gafado’ desde su colocación.
Primero porque no pudo ser inaugurado con pompa y boato como había sido tradición desde que el Gobierno Ramos ideó la ‘Ruta de los murales’. La cercanía de las elecciones municipales de mayo de 2019 impidió ese momento.
Pocos días después sufrió un acto vandálico, concretamente una pintada de algún incívico que priorizaba los aparcamientos a una obra de arte.
Pero lo peor vino después, cuando tras los calores del verano, y agravado por su orientación sur, una quincena de azulejos se desprendieron.
No fue el único mural que perdió piezas puesto que los colocados en la plaza de San Miguel las han ido perdiendo a decenas a lo largo de estos años; o el de la calle Cerrillo de San Roque, con lo que la Ruta de los Murales se desmoronaba.
Las prisas y/o mala aplicación de materiales adherentes estropearon esa iniciativa, quizás la de mayor calado de la pasada legislatura.
Sin embargo hubo otros murales que también presentaron desperfectos, como otro dedicado a las Mondas de Antonio García Cerro, en el acceso a Santa Catalina desde la Ronda del Cañillo; o el de Centro Cerámico Talavera junto al IES Ribera del Tajo, este por la colocación ‘cubista’ de una decena de sus azulejos.
Casi cuatro años después
Volviendo al mural de la calle San Clemente, han sido cerca de cuatro años de quebraderos de cabeza.
En un primer momento se pensó en pegar las piezas desprendidas, una vez que el ceramista volviese a elaborar las que se rompieron.
Luego, desmontarlo pieza a pieza para volver a pegarlas todas convenientemente, pero gran parte del mural sí se encontraba bien adherido, por lo que en el proceso se podrían romper muchos otros.
Y finalmente se optó por retirar las piezas susceptibles de ello y en las que no, inyectar un pegamento especial con jeringa en todos y cada uno de los huecos sin adhesivo y en todos y cada uno de esos azulejos debilitados.
Una labor de ‘chinos’ dadas las dimensiones del mural, 30 metros de largo por 3 de alto, y que contiene 2.250 azulejos (150x15 piezas).
Y esa labor la ha desarrollado una cuadrilla de operarios municipales que día tras día, semana tras semana y mes tras mes han conseguido consolidar todo el mural, pese a las voces impacientes de un sector de la ciudadanía que criticaba la tardanza.
Y así, este martes el Ayuntamiento de Talavera informaba de la finalización de las obras de restauración, que ha posibilitado que el andamieje y la lona pintada que recreaba el mural, y que se colocaron en septiembre de 2020, hayan pasado a la historia.
Asimismo, se ha anunciado que aprovechando esta reparación se ha subsanado otra deficiencia producto de las prisas, la instalación de una iluminación en la parte superior para permitir su visibilidad por la noche.
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