Descafeinado quinto festejo de la Feria de Otoño
El moracho Ángel Téllez no pudo repetir triunfo en Las Ventas
El torero de Mora Ángel Téllez volvía a la plaza de toros de Las Ventas tras abrir la puerta grande el pasado San Isidro y convertirse en el máximo triunfador de la feria.
Lo hacía en uno de los carteles estrellas del ciclo otoñal junto a Uceda Leal y Morante de la Puebla en un encierro de la ganadería salmantina de El Puerto de San Lorenzo.
Ángel Téllez
Téllez se lució por chicuelinas en el primer toro de su lote. Con la muleta lo tuvo claro desde el primer momento; de frente y por el pitón izquierdo. Fiel a su concepto y a la pureza y verdad que desprende.
El que no lo tenía tan claro era el animal de El Puerto de San Lorenzo. Baruto en su embestida que iba y venía sin ton ni son. Incluso provocando algunos momentos de peligro ya que se desentendió de la muleta.
Algún natural suelto que caló en los tendidos bajo el oasis del desierto. Cerró la faena con unas manoletinas ajustadas pero con la espada colgó el "no apto" tras atascarse en varias ocasiones con ella.
Con el sexto y último que cerraba una tarde muy descafeinada poco pudo hacer el moracho. Un toro que se protestó de salida y que estaba vacío en su embestida. Téllez buscó en todo momento la colocación pero el animal salía suelto de la cara en la muleta.
Téllez lo entendió con buen criterio y abrevió en la faena. Y el público así supo reconocerlo. Fue despedido con una gran ovación tras abandonar a pie la plaza.
Uceda Leal
Lo más destacado e interesante de la tarde lo protagonizaron por quites Uceda Leal y Morante de la Puebla en el primero de la tarde. Sin lugar a dudas el animal más potable del encierro.
Uceda Leal toreó con gusto con la capa dejando ese corte clásico que tiene y el de La Puebla del Río le respondió.
La faena de Uceda -a su primero- tuvo mucho gusto. Merecedora de una oreja no concedida que terminó en vuelta al ruedo. Uceda a pesar de no torear apenas, continúa fiel a su concepto: asentado, aseado y con su toque clasicista. Tuvo verticalidad en sus muletazos y abrochó una buena serie de muletazos por bajo para cerrar la faena. Metió la mano con habilidad y la oreja, para sorpresa de todos, nunca llegó, ante una mayoritaria petición de esta.
El cuarto de la tarde se partió la vaina del pitón y tuvo que ser devuelto. Pero el sobrero tuvo la misma chispa que el resto, a pesar de ser hierro diferente, ya que salió el sobrero de José Vázquez.
Uceda estuvo comprometido en todo momento y resolvió el expediente con aprobado. Merecedor de que Madrid siga esperando a Uceda y Uceda siga esperando a Madrid.
Morante de la Puebla
Morante de la Puebla sorteó el peor lote y resultó pitado en el primer animal que hacía de segundo de la tarde. El cigarrero salió con la espada de matar ya en la faena ante un animal que no tenía nada. Morante no lo vio y decidió abreviar, fiel a su concepto. Con la espada estuvo desafortunado y el público le pitó.
El quinto de la tarde salió suelto de toriles y Morante de la Puebla decidió ir a por el animal. El público se lo agradeció y enloqueció. No hubo verónicas de las que nos tiene acostumbrados el de La Puebla pero hizo la función de brega perfecta con la capa. Su inicio de muleta fue parecido al de Sevilla, con esa especie de recorte a pies juntos y con la muleta doblada en la mano. A diferencia de que el toro no tenía nada y Morante no pudo lucirse. Dejando únicamente unos abrochados por alto en el inicio de su faena.
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