Una pintura de Prado de Fata y una escultura de Fernando Salinero Jiménez
El Centro Cultural San Clemente de Toledo abre el otoño exponiendo dos nuevas obras
El espacio ‘Las estaciones del arte’ del Centro Cultural San Clemente de Toledo recibe este otoño dos nuevas obras, una pintura de Prado de Fata y una escultura de Fernando Salinero Jiménez. Continúan así estas muestras que se inician con el cambio de estación y que acercan a artistas que ya expusieron de la mano de la Diputación y que cedieron alguna de sus obras, formando parte ahora del fondo artístico de la institución.
El diputado de Cultura, Tomás Arribas, ha visitado el Centro Cultural con motivo de la nueva etapa de esta iniciativa cultural, que para Arribas “supone una magnífica oportunidad de dar a conocer a todos los vecinos de la provincia y a quienes nos visitan las obras que forman parte del fondo artístico de la Diputación de Toledo, donde hay obras de una gran calidad que no pueden caer en el olvido”, según informa la institución en una nota de prensa.
Prado de Fata, nacida en Madrid, se formó en distintas disciplinas como el grabado, la escultura y la pintura, pero el encuentro con la pintura japonesa Sumi-e y el conocimiento del zen y las artes vinculadas a él, serán el punto de inflexión en su trabajo artístico, con conceptos como asimetría, simplicidad, naturalidad, calma, vacío y sutileza, que entraron en sus obras para quedarse.
Ha participado en exposiciones en España, Estados Unidos, Francia, Bulgaria, Georgia y México y en sus obras la naturaleza es su punto de partida, con un gusto especial por lo pequeño, piedras, sombras, líquenes, etc., una observación que le lleva a introducir materiales como polvo de mármol, liquen, pizarra y carborundum, pigmentos puros que unen intrínsecamente a la obra con la misma naturaleza.
Todo ello se ve reflejado en la obra que ahora vuelve a exponerse en San Clemente, titulada ‘C’est la vie’, un grabado que pertenece a una serie dedicada a los jardines japoneses, con la que la autora hace una metáfora de la vida. El protagonista es el camino representado en cuatro piedras, tres de ellas reales y la última es un gofrado. Cada una representa una etapa de la vida.
Fernando Salinero Jiménez
Nacido en Toledo en 1952, Fernando Salinero Jiménez comenzó su formación artística en la Escuela de Arte de la ciudad, teniendo como maestro a Manolo Carrión y Francisco Gómez ‘Kalato’, este último como profesor de talla en piedra.
Las primeras obras realizadas son representadas con materiales clásicos en estilo figurativo. Posteriormente, desde una posición autodidacta, su arte evoluciona hacia cierta abstracción-metafísica, desarrollando posteriormente un dadaísmo social, usando materiales diversos, a veces encontrados casualmente, dentro de una concepción ecológica.
El autor ha realizado en España varias expresiones individuales y colectivas, obteniendo diversas distinciones, como el premio ‘Escultor Alberto Sánchez’, en la XV Bienal del Tajo 1998, convocada por el Ayuntamiento de Toledo, y el premio de escultura ‘Castilla-La Mancha’ en la XVII Bienal del Tajo 2022.
Su escultura ‘Dentellada al cerco’ es la primera de una serie denominada jaulas. El material empleado está compuesto por hierro y piedras calizas y piedra de calatorao. Una escultura que representa dos piezas molares dentro de una jaula, mordiendo y rompiendo el cerco que las rodea, simbolizando la rotura y liberación del ahogamiento y depresión que pueda sentir un ser humano en un punto de su vida.
Esta obra fue ‘Mención del Jurado’ en el XV Certamen Nacional de Pintura y Escultura Villa de Parla, en 1995; finalista en el III Premio Ibérico de Escultura Ciudad de Punta Umbría, en el año 1996; y seleccionada en el V Certamen de Artes Plásticas convocado por la Diputación Provincial de Toledo.
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