El inductor y el sicario, de asesinato
Declaran culpables a los cinco implicados en el crimen de Las Ventas de Retamosa
Tras nueve días de juicio en la Audiencia Provincial de Toledo, el jurado popular –compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres- ha declarado culpables por unanimidad a los cinco implicados del crimen de Las Ventas de Retamosa ocurrido en mayo de 2018.
Según el veredicto, leído por el portavoz del jurado popular, el primero de los principales acusados, L.C.M., ha sido declarado culpable de inducción de delito de asesinato y de tentativa de asesinato.
Mientras que el sicario y ejecutor, R.R.A., ha resultado culpable de asesinato de una mujer, de tentativa de asesinato del hijo de esta, de robo con fuerza de vehículos, de robo de uso y de tenencia ilícita de armas.
Pese a que ambos intentaron exculpar de cualquier responsabilidad e implicación en el crimen, el jurado no lo ha considerado así, por lo que la esposa del inductor, M.C.M.V. , ha sido declarada culpable de amenazas y de encubrimiento, y su hermano y la novia del sicario, A.S.A., también de encubrimiento.
Asesinato por encargo
Los hechos tuvieron lugar el 4 de mayo de 2018 el 4 de mayo de 2018 en la urbanización Monteviejo II de Las Ventas de Retamosa.
Ese día, en las confluencias de las calles Fuensalida y Casarrubios, un sicario interceptó con coche y efectuó siete disparos con una pistola por el cristal de la ventanilla del lado del conductor contra sus ocupantes por encargo de un matrimonio.
La mujer que conducía murió asesinada y su hijo de 12 años resultó herido muy grave, dejándole secuelas como cicatrices y trastornos neuróticos.
El sicario efectuó los disparos con una pistola fabricada en Serbia, que tenía el número de identificación borrado y para cuyo uso no tenía permiso, y se desplazó hasta Las Ventas con Retamosa en un turismo que había sido sustraído en Getafe (Madrid).
Según el relato de los hechos en la vista, la mujer asesinada había trabajado para el matrimonio en Las Ventas de Retamosa, donde residían tanto la fallecida como el matrimonio procesado, hasta que empezó a haber desavenencias entre ellos.
Estas desavenencias tuvieron su origen en conductas extramatrimoniales de la procesada, M.C.M.V. , que conocía la asesinada, y en las presiones que empezó a ejercer el marido sobre la víctima al no quererle revelar lo que había ocurrido. Además, la acusaron de haberles robado 30.000 euros que tenían guardados en el domicilio.
Debido a estas desavenencias, el matrimonio empezó a amenazar a la asesinada con causarle algún mal a ella y a su familia, e incluso el procesado le llegó a exhibir una pistola que poseía y a advertirle: "Vete de aquí o te pego un tiro a ti y a tus hijos".
La víctima dio a conocer estas amenazas y el matrimonio fue expulsado del pueblo (destierro que acordaron los patriarcas de la zona por el comportamiento del matrimonio en la localidad en aplicación de los usos y costumbres mercheras), según expuso el fiscal.
Responsabilizaron a la víctima, a la que dijeron el día que se produjo la expulsión que "estaba muerta" y que la iban a matar a ella y a sus hijos, antes de ir a vivir temporalmente a Badalona (Barcelona), desde donde contactaron con el ejecutor del asesinato, que vivía en Moncada y Reixach junto a su novia A.S.A., ofreciéndole al sicario 3.000 euros por cometer el asesinato.
Declaración del inductor
El inductor del crimen admitió que hizo el encargo de matar a la víctima y a su hijo, así como el sicario reconoció que lo ejecutó por dinero.
"Éramos él y yo solos", reiteró en varias ocasiones el marido del matrimonio acusado en un principio de haber hecho el encargo del asesinato de la que fue su empleada de hogar y, de hecho, afirmó que su esposa se enteró de lo ocurrido en una de las visitas a la cárcel, en las que le pidió que, a través de su hermano, le buscase un abogado para él y otro para el sicario, así como entregas de dinero a este último.
Durante su testimonio, leyó una carta de arrepentimiento que su abogado aportó el primer día del juicio, en la que decía que nunca podrá pasar página de ese "error", que no sabe qué se le pasó por la cabeza y que fue raíz de unas "habladurías" que había en el pueblo sobre su mujer y que señalaban a la víctima, a la que llegó a apuntar con una pistola, que no era real, y decirle: "Vete de aquí o te pego un tiro a ti y a tus hijos".
También negó que fueran expulsados del pueblo por la familia merchera de su mujer y aseguró que se marcharon a Barcelona por las "habladurías" y que fue allí donde conoció al sicario al que pidió que llevara a cabo el asesinato de la fallecida y de su hijo.
Declaración del sicario
Por su parte, el sicario se presentó al tribunal como "politoxicómano" y con muchos problemas en el momento en el que el inductor le propuso cometer el asesinato a cambio de 3.000 euros, pero primero sostuvo que el encargo fue sólo matar a la conductora del vehículo y que en ningún caso sabía que iba con su hijo en el coche.
Sin embargo, al término de las declaraciones de todos los acusados, pidió tomar de nuevo la palabra, a través de su abogado, y se desdijo para afirmar, en esta ocasión, que sí recibió el encargo de matar a la víctima y a su hijo pero que no lo reconoció en un primer momento porque le daba "vergüenza".
Declaraciones de los otros implicados
Por su parte, la novia del sicario dijo que se enteró del asesinato por la tele, la esposa del inductor que lo había hecho en una visita en prisión, aunque sí admitió que había amenazado a la víctima pero no con el fin de matarla; mientras que el hermano de esta negó que hubiera intentado contactar con otros internos dentro de prisión para hacerle llegar ningún mensaje al sicario para guardara silencio.
El jurado popular no ha dado credibilidad al intento de los dos principales encausados de eximir al resto de procesados por amenazas y encubrimiento.
Penas
El ministerio público ha solicitado que cada uno de los tres encausados -matrimonio y sicario- sean condenado a 25 años de prisión por el delito de asesinato de la mujer y a 15 años de cárcel más por el de asesinato en grado de tentativa del menor.
Además, se pide que el sicario sea condenado a tres años de prisión como presunto autor de un delito de tenencia ilícita de armas y a otros tres años por un delito de robo con fuerza, por lo que la petición total de condena para R.R.A. se eleva a 46 años de cárcel.
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