Truculento asesinato por 3.000 euros ocurrido en mayo de 2018
Se declaran culpables el inductor y el sicario del crimen de Las Ventas de Retamosa
El inductor del asesinato de una mujer a través de un sicario en mayo de 2018 en la localidad toledana de Las Ventas de Retamosa ha admitido este martes que hizo el encargo de matarla a ella y a su hijo, que resultó herido, y el autor material de los disparos también ha reconocido que lo ejecutó a cambio de dinero.
Durante la segunda sesión de la vista oral que acoge la Audiencia Provincial de Toledo, ambos han asumido su culpabilidad y han eximido de responsabilidad al resto de los acusados, que son la mujer del inductor en el momento de los hechos, la novia del sicario en esas fechas y el cuñado del propio inductor.
"Éramos él y yo solos", ha reiterado en varias ocasiones durante su declaración el marido del matrimonio acusado en un principio de haber hecho el encargo del asesinato de la que fue su empleada de hogar y, de hecho, ha afirmado que su esposa se enteró de lo ocurrido en una de las visitas a la cárcel, en las que le pidió que, a través de su hermano, le buscase un abogado para él y otro para el sicario, así como entregas de dinero a este último.
El inductor, cuyo abogado entregó una carta de arrepentimiento el primer día del juicio que este martes ha leído ante el jurado popular, ha dicho que nunca podrá pasar página de ese "error", que no sabe qué se le pasó por la cabeza y que fue a raíz de unas "habladurías" que había en el pueblo sobre su mujer y que señalaban a la víctima, a la que llegó a apuntar con una pistola, que no era real, y decirle: "Vete de aquí o te pego un tiro a tí y a tus hijos".
Asimismo ha negado que fueran expulsados del pueblo por la familia merchera de su mujer y, en cambio, ha dicho que se marcharon a Barcelona por las "habladurías" y que fue allí donde conoció al sicario y le pidió que llevara a cabo el asesinato de la fallecida y de su hijo, al tiempo que le proporcionó un teléfono y le trajo hasta la provincia de Madrid en su coche el día de los hechos, si bien no ha reconocido que le facilitara la pistola ni vehículos para huir.
A preguntas de su letrado, ha insistido en que está arrepentido de lo ocurrido y que, desde que salió de prisión preventiva, se ha "entregado" en todo lo que ha podido hasta quedarse sin nada para poder ayudar a la familia de la víctima, algo que ha agregado que seguirá haciendo: "Si me tengo que vender a mi mismo, me vendo", ha sentenciado.
Primero afirma que no vio al menor y luego se desdice
El sicario, por su parte, se ha presentado como "politoxicómano" y con muchos problemas en el momento en el que el inductor le propuso cometer el asesinato a cambio de 3.000 euros, pero en un principio ha sostenido que el encargo fue sólo matar a la conductora del vehículo y que, en ningún caso, sabía que iba con su hijo en el coche.
Sin embargo, al término de las declaraciones de todos los acusados y tras un receso en el juicio, ha pedido tomar de nuevo la palabra, a través de su abogado, y se ha desdicho de lo declarado para afirmar, en esta ocasión, que sí recibió el encargo de matar a la víctima y a su hijo, al que ha pedido perdón, y ha aseverado que no lo ha reconocido, en un primer momento, porque le daba "vergüenza".
El asesino por encargo confeso ha explicado que fue el inductor quien le dio unas señas para recoger el arma escondida bajo unas piedras, que ha sido exhibida en la vista oral y reconocida por el acusado, pero que los coches en los que se desplazó para cometer el crimen y huir los robó él mismo, con una máquina descodificadora que estaba acostumbrado a usar en robos de vehículos.
En cuanto al asesinato, también ha mostrado arrepentimiento, ha afirmado que no conocía a la víctima y que iba drogado, hasta el punto de que no fue consciente de lo que había hecho hasta que se desintoxicó semanas después ya en la cárcel. "Si pudiera arreglarlo, daría mi vida", ha manifestado.
A lo largo de la segunda jornada del juicio, también ha testificado la entonces novia del sicario, quien ha defendido que se enteró del asesinato por la tele, que no podía creérselo, que sí recibió pagos cuando su novio estaba en prisión pero que desconocía el origen de los mismos y que, al igual que el resto de acusados, ha contribuido en la indemnización de 167.000 euros aportada en concepto de reparación del daño.
La esposa del inductor del asesinato también ha considerado que no podía creerse que su marido hubiera encargado el crimen y que se enteró de ello en una visita a la cárcel, al tiempo que ha admitido haber amenazado ella misma a la víctima durante un enfado, pero no con el fin de matarla.
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