Ha sido presentado este viernes
Un proyecto a cuatro años pondrá en valor el jardÃn arqueológico de la Vega Baja de Toledo
Trece siglos después de que los visigodos poblaran la Vega Baja de Toledo, este espacio volverá a ser recorrido y disfrutado por la gente, que tendrá la oportunidad de contemplar los restos arqueológicos y conocer cómo era la capital visigoda, desde los senderos que lo van a cruzar y que permitirán el paseo, el deporte y la contemplación, rodeados de vegetación que enriquecerá la zona.
El proyecto de estas obras para la puesta en valor de la Vega Baja ha sido presentado este viernes por la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, el delegado provincial de Cultura, José Gutiérrez, el arqueólogo Antonio Gómez Laguna y el arquitecto Luis Moreno Domínguez, quienes ha subrayado que esta actuación también servirá para conectar la ciudad, el campus de la Fábrica de Armas con los barrios de Santa Teresa y, a su vez, con Buenavista y el nuevo Palomarejos.
Es un proyecto a cuatro años y la primera fase, que ya está en marcha, comprende la actuación sobre 30.000 metros cuadrados, sobre el total de 80.000 metros cuadrados que se van a salvaguardar, que son los que ya se empezaron a excavar en 2005.
La obra tiene un presupuesto total de 1,2 millones de euros aportados por el Estado y el Ayuntamiento, más otra partida de medio millón de euros para seguir trabajando en tota la zona, ha dicho la alcaldesa, que ha recordado que se trata de Bien de Interés Cultural (BIC).
El arqueólogo Antonio Gómez Laguna ha explicado que el proyecto se desarrollará en cuatro años y en otras tantas fases, la primera este año, y al término de todo se habrán salvaguardado las 8 hectáreas que se pusieron en excavación al descubrirse el yacimiento arqueológico visigodo en 2005 y 2006.
El resto se va quedar como reserva arqueológica, lo que supone que se podrá excavar en el futuro cuando así se decida.
Se va a hacer una limpieza manual de los restos en 8.000 metros cuadrados, ha indicado Gómez Laguna, quien ha añadido que se va a generar un georadar para situar todo lo que se quedará cubierto.
Para proteger el yacimiento, ha señalado que se va a cubrir con una manta geotextil que evitará que la vegetación crezca descontrolada, a continuación se van a consolidar las estructuras arqueológicas, los muros, y reconstruir todos los recintos para dejarlos a la vista.
Asimismo, se ha generado un libro de colores para diferenciar calles, patios, recintos interiores y el yacimiento para que los visitantes conozcan como era, y todo ello acompañado de cartelería que explique el recinto.
Sin dañar los restos
Por otra parte, se aprovecharán los sondeos ya realizados para sembrar los árboles sin dañar los restos arqueológicos.
El arquitecto del proyecto, Luis Moreno Domínguez, ha explicado que han colaborado con biólogos, ingenieros forestales y arqueólogos para restituir todo el patrimonio de este "extensísimo BIC, un paisaje que lleva trece siglos sin ser construido", y que ha apuntado que podría tener otros usos.
En la primera fase, ha comentado, se va a trabajar en la zona del carril bici que recorre todo el yacimiento, donde se colocará una solera de hormigón coloreado y que irá recogiendo todas las sendas perpendiculares que hay en el yacimiento.
También se hará una rampa accesible en la zona central donde se sembrarán almeces y olmos para proporcionar sombra y por su parte la torre servirá para explicar los restos arqueológicos desde su parte superior.
El proyecto comprende unas "grandes islas de flores", con formas sinuosas que se diferencien de los trazados geométricos de los restos históricos, y una red de caminos para disfrutar del paisaje y conectar la ciudad.
Con grava de colores se diferenciarán los distintos espacios y los propios restos se van a tratar diferenciando a su vez las nuevas ejecuciones.
Se van a plantar 11.000 arbustos y flores, en cuatro colores, para conformar un paisaje que cambiará con las estaciones; y en cuanto a los árboles, serán los históricos de la ciudad: almez, olmo, liquidámbar, árbol de Júpiter y acacias.
Y un mobiliario no invasivo, señales y balizas que no contaminen lumínicamente el paisaje.
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