El acusado dice no recordar cortar el cuello a la víctima en el primer día del juicio
Un asunto de drogas, detrás del crimen en Los Caños de La Pueblanueva
I.M.M., el joven acusado de asesinar a un hombre cerca del merendero 'Los Caños' La Pueblanueva en el año 2021 ha dicho que no recuerda si cortó el cuello a la víctima, al tiempo que ha mostrado arrepentimiento por el resultado mortal del enfrentamiento y ha pedido perdón a la familia del fallecido.
El acusado, que se enfrenta a peticiones de penas de cárcel de entre 14 años por parte del fiscal y 25 y 23 por las acusaciones particulares que representan a cada uno de los progenitores de la víctima, ha declarado este martes en la primera sesión del juicio oral con jurado popular, tras la elección del mismo en poco más de media hora y que ha quedado configurado por nueve titulares, tres de ellos mujeres y seis hombres.
En su declaración, el procesado no ha reconocido los hechos tal y como los describe la fiscal en su escrito de acusación, sino que ha dado una versión diferente y su letrado ha defendido, ante la sala y el jurado, que en ningún caso puede ser condenado por un delito de asesinato.
Durante su relato, el acusado ha afirmado que se citó con la víctima en el parque de 'Los Caños' de La Pueblanueva, pero no recuerda si fue él quien llamó para quedar, y ha dicho que el fallecido llegó "de muy malas formas", montado en su patinete, con un porro y una litrona de cerveza.
Ha admitido que le lanzó un puñetazo pero ha negado que le llegara a dar, que la víctima salió corriendo pero no cayó sino que lo alcanzó él y que se "enredaron" en el suelo en una pelea.
Excusa a su hermano y afirma que creyó que lo había matado
Después, ha continuado, llegó su hermano -que estaba en el parque con otros tres amigos y que ha sido juzgado por estos mismos hechos pero en el Juzgado de Menores porque tenía 16 años cuando ocurrieron-, lanzó varias patadas e intentó separarlos pero no lo logró, momento en el que ha indicado que la víctima le intentó "agredir con la botella" y él se la quitó y le dio "dos golpes seguidos" en la cabeza pero no recuerda si le cortó el cuello.
"Le vi en el suelo, sangrando, vi a mi hermano, me asusté y me fui para casa", ha añadido, sin pensar en ese momento en llamar al Servicio de Emergencias 112 para que fuera auxiliado porque "no tenía la cabeza" para eso y creyó que con llamar a la Guardia Civil cuando llegara a casa bastaba.
Según ha contado, se lo dijo a su madre y esta llamó a la Guardia Civil, cuyo agente le pidió que le pasara a su hijo para que le contara qué había pasado.
Por otra parte, sobre su relación con la víctima, ha señalado que les propuso vender droga a él y a su hermano y que les acusó de haber robado marihuana y de no entregarle el dinero de la venta, si bien ha negado este extremo y ha asegurado que es "mentira" y que sus padres no sabían nada de esto ni de las "amenazas" que recibían por parte del fallecido.
Durante el interrogatorio de su defensa, el acusado ha procedido a leer una carta que, a punto de cumplirse un año del fallecimiento de la víctima, envió a los padres de este y a la juez, en la que se mostraba "arrepentido", pedía perdón y se declaraba como "el único y exclusivo culpable" de hacer sufrir a muchas personas, también a sus familiares, y aseguraba que estará toda su vida "marcado por ese trágico hecho" y cumpliendo una "eterna penitencia".
Declaraciones de la Guardia Civil y padres de la víctima
También han declarado varios agentes de la Guardia Civil que intervinieron de una u otra manera en los hechos, entre los que ha destacado el agente al que llamó la madre cuando su hijo le contó lo sucedido, quien ha ratificado que cuando habló con el acusado le comentó que había tenido una discusión, que había habido un forcejeo y que con un cristal le había cortado en el cuello.
De su lado, el agente encargado del análisis de los teléfonos móviles -dos de la víctima, el del acusado y el de su hermano- ha apuntado que de las conversaciones extraídas de los dispositivos se deduce que víctima y acusados tenían una "relación de estrecha amistad" que se truncó por una venta de drogas en la que el fallecido les reclamó una cantidad y de lo cual los padres de los dos hermanos eran "plenos conocedores".
Además, ha confirmado el cruce de llamadas y amenazas entre víctima y acusados a raíz de la venta de drogas truncada, así como que el acusado fue el que llamó al fallecido para citarlo el día de los hechos y que en conversaciones con otras personas decía que le iba "a dar una paliza, dejarlo en silla de ruedas y sacarle los ojos".
En cuanto a los progenitores de la víctima -ambos reclaman indemnización-, el padre ha defendido que su hijo "no era un chico problemático" y que no sabía que se dedicaba a algo ilegal.
Mientras que la madre ha dicho, entre lágrimas, que a su hijo "no le gustaban las peleas" y que ese día incluso salió corriendo y dejó su monopatín y su gorra atrás, al tiempo que ha agregado que no quiere el dinero que ha adelantado el acusado en concepto de reparación parcial del daño porque "está manchado de sangre".
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