Editado por Pablo Rojas, profesor en el IES Padre Juan de Mariana y en la UNED de Talavera
La amistad entre el poeta talaverano Rafael Morales y el Nobel Vicente Aleixandre, en ‘121 cartas’
El próximo lunes 27 de noviembre se pondrá a la venta un libro titulado 121 cartas de Vicente Aleixandre a Rafael Morales que testimonia la sólida y larga amistad a lo largo de casi 50 años entre quien llegaría a ser Premio Nobel de Literatura en 1977 y el insigne poeta talaverano.
La edición es obra de Pablo Rojas, profesor de Lengua Castellana y Literatura en el IES Padre Juan de Mariana y Profesor-Tutor en la UNED de Talavera, tras el encargo recibido por la prestigiosa Editorial Renacimiento de Sevilla.
El libro, de 464 páginas e incluido en la colección 'Biblioteca de la Memoria - Serie Menor', es un epistolario conformado por 121 cartas, uno de los más amplios escritos por Vicente Aleixandre (Sevilla, 1898 - Madrid, 1984), consumado especialista de este género.
Del conjunto sólo una carta está escrita por Rafel Morales (Talavera de la Reina, 1919-Madrid, 2005), el resto fueron escritas de puño y letra por Aleixandre y amorosamente guardadas por la familia del poeta talaverano.
Eso sí, además del intercambio epistolar, el volumen recoge textos críticos y los versos que ambos corresponsales se dedicaron entre sí. Aleixandre envía sus versos inéditos a su joven amigo, al que además ayuda a pulir los suyos.
Vida y literatura de dos insignes de la literatura española que en la posguerra, un tiempo ingrato, de estrecheces materiales y ruindad moral: premios amañados y coerción política, mantuvieron una sincera amistad.
Velintonia
En el ejemplar Pablo Rojas nos acerca al mundo de Velintonia, la mítica casa de uno de los grandes escritores de la Generación del 27 que, ya casi octogenario, recibió el mayor galardón de las Letras Universales.
Velintonia, en el madrileño distrito de Chamberí, se convierte en santuario para los jóvenes poetas y para todo aquel con ínfulas literarias que pasa por Madrid, entre ellos Miguel Hernández.
«Velintonear» será el neologismo que Aleixandre acuñe para designar ese hábito, y Morales no faltará a la cita, con «versos en los bolsillos», cuando la ocasión sea propicia, y cuando la delicada salud de Aleixandre -padeció mucho y por diversas dolencias- no le recluía en Miraflores de la Sierra.
En junio de 1936 Rafael Morales visitó por primera vez a Vicente Aleixandre cuando era un poeta adolescente; leyó al maestro los versos que acababa de publicar en la talaverana revista Rumbos. «Era un joven, casi un niño», recordará posteriormente Aleixandre en su libro de semblanzas.
Para Morales, el autor de La destrucción o el amor –libro con el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1933-, se convirtió en maestro y «hermano mayor».
La guerra no cortó la amistad, sino que la fortaleció y 121 cartas de Vicente Aleixandre a Rafael Morales es testimonio de ello.
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