Voz de la esperanza en la lucha contra el cáncer desde Jordania

La talaverana Ester Arriero, un antes y un después del Reto Pelayo Vida

La talaverana Ester Arriero, un antes y un después del Reto Pelayo Vida
Nancy, Miriam, Olga y Ester, tras conquistar el Jebel Rum.
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Ester Arriero (Talavera de la Reina, 46 años) conoce los rigores de la lucha contra el cáncer y las fórmulas idóneas para combatirlo.

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Con el Reto Pelayo Vida Jordania 2022 a punto de concluir, considera que su vida tendrá "un antes y un después a partir de ahora" y que la humildad debe ser la bandera para afrontar las debilidades "que todos tenemos".

"Me diagnosticaron el cáncer en una revisión rutinaria en el verano de 2020, en plena pandemia. No me lo podía creer, ya que mi hermana tuvo cáncer de recto 3 años antes. Lo primero que le pregunté al médico es si me tenía que preocupar y si tenía tratamiento. Me dijo que tenía tratamiento y que no debía preocuparme. A partir de ahí los médicos se ocuparon de mi cuerpo y yo de mi cabeza", recuerda la talaverana, madre de 2 hijos.

A partir de ese momento tocó iniciar la lucha contra la enfermedad. Lo primero que hizo Ester fue buscar apoyo psicológico, uniéndose a un grupo de mujeres que estaban pasando o habían superado ya la enfermedad.

"Durante el tratamiento seguí haciendo deporte. Los médicos me dijeron que la forma de eliminar la toxicidad del tratamiento era haciendo deporte. Hice marcha nórdica, pero había que moverse más, entonces empecé a practicar ciclismo y remo", recuerda.

Ester se presentó al Reto Pelayo Vida Jordania 2022 porque en el equipo de remo en el que se alistó, el BCS, cuyas componentes son mujeres que han superado el cáncer, había dos chicas que estuvieron en anteriores ediciones del Reto.

La talaverana pensó en muchas cosas en los momentos de pelea feroz contra el cáncer. "Todos somos muy frágiles, claro que piensas en la muerte, pero busqué la manera de seguir adelante".

La superación y la lucha por la vida la experimenta Ester en su trabajo. Es técnico de rehabilitación en la ONCE, donde enseña técnicas para que las personas con discapacidad visual puedan vivir con autonomía de movilidad en su día a día.

"Vivir en mi piel la realidad de la enfermedad me ayuda para transmitirles unos valores de lucha y superación que es válido para mi y para ellos", explica Ester, quien estuvo también en la escuela de perros guía.

"El Reto me ha dado todo y más, he encontrado gente maravillosa y me superado a mí misma física y psicológicamente. Habrá un antes y un después, comienzo una vida espléndida. Hay que ser humilde y manifestar tus debilidades y pedir ayuda cuando se necesita porque todos tenenos debilidades y fortalezas", asegura en un campamento en el desieeto de Wadi Rum después de la conquista de la cima de Jebel Rum, la segunda en altura de Jordania cuyo pico se eleva a 1.734 metros.

El Reto Pelayo Vida concluirá este viernes con las pruebas de buceo en el Mar Rojo, donde se sumergirán a unos 15 metros de profundidad Ester, Nancy, Olga y Miriam. La voz de la esperanza para luchar contar el cáncer se oirá también dentro del paisaje marino. 

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