Como el agua, la energía o la financiación autonómica
García-Page hará una campaña para exponer lo que está en juego en la región
El candidato a la Presidencia de la Junta de Comunidades y secretario general de los socialistas en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha avanzado que se plantea hacer una campaña electoral "pedagógica" de cara a los comicios del 23 de julio, para exponer "lo que está en juego" en la región, como el trasvase Tajo-Segura.
En declaraciones a los medios de comunicación este jueves, previas al inicio de la segunda jornada del debate de investidura que se celebra en las Cortes y en el que previsiblemente será elegido presidente de Castilla-La Mancha por tercera vez consecutiva, García-Page ha comentado cómo tiene previsto afrontar la campaña electoral que comienza en la noche de este jueves.
Ha admitido que es una "campaña electoral rarísima, muy rara", por el clima y por el encadenamiento de comicios con las municipales y autonómicas, si bien ha subrayado la importancia en poner el acento en lo que "se pone en juego el 23 de julio" que repercute en Castilla-La Mancha.
Así, ha hecho hincapié en plantear "cuestiones centrales", como el agua, la energía o la financiación autonómica y, en este sentido, ha afirmado que no le resulta "indiferente quién pueda ser el presidente del Gobierno en España o cuál sea la dirección que emprenda en el conjunto del país".
Y ha pedido al resto de partidos que se presentan a las elecciones que digan "muy claro qué piensan" sobre el trasvase Tajo-Segura o la construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC) en Villar de Cañas (Cuenca), cuestiones que "son preocupaciones aquí y que no pueden meterse en un lote invisible" de cara a las elecciones generales.
El candidato a la Presidencia de la Junta también ha hecho alusión a las cancelaciones de iniciativas culturales en algunos ayuntamientos e instituciones gobernados por PP y Vox que ya estaban programados por anteriores gobiernos, y ha lamentado estas actitudes porque "la censura no es un camino correcto".
"Los políticos creen que se puede insultar", ha lamentado García-Page, que ha señalado que "las mayores barbaridades" no se han escuchado procedentes del mundo de la cultura, sino de la clase política y por ello ha considerado que si a un político "se está permitido decir barbaridades y radicalidades, no es cuestión de ponerle límites a los demás".
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