En la noche de este sábado la Cofradía del Santísimo Cristo de la Espina cumplió con la tradición de trasladar su emblemática imagen desde el convento de San Benito hasta el Colegio Madre de la Esperanza.
Un traslado que transita por el puente ‘romano’ para salvar las aguas del río Tajo, sin lugar a dudas el momento más plástico del mismo.
La imagen del Santísimo Cristo de la Espina aguardará en su cobijo temporal hasta el Miércoles Santo cuando a las 11 de la noche salga en la sobrecogedora Procesión del Silencio.
Asimismo, esta bella talla es protagonista del Vía Crucis Penitencial, que tendrá lugar en la mañana del Viernes Santo y que tras pararse en las 14 estaciones volverá a su ‘casa’ en el convento de San Benito.