En la mañana de este sábado, Sallent de Gállego (Huesca) ha homenajeado al talaverano José Angel de Jesús y la asturiana Irene Fernández, guardia civiles asesinados por ETA el domingo 20 de agosto de 2000 cuando poco después de las seis de la mañana iniciaban su patrulla en esta población del Pirineo aragonés fronteriza con Francia.
Como consta en el sumario del caso, dos miembros del comando ‘Totto’ de ETA aprovecharon la impunidad de la noche y que el todoterreno de la Benemérita ‘dormía’ en la calle al no disponer la Casa Cuartel de espacio suficiente para colocar una bomba lapa.
La deflagración no sólo despertó a la turística villa pirenaica, sino que segó la vida de los dos jóvenes agentes, que solo cumplían su tercer mes en el nuevo destino, provocó un gran cráter en la calzada y causó además cuantiosos daños materiales. El artefacto constaba de un temporizador, un dispositivo antimovimiento y tres kilos de dinamita.
José Angel de Jesús únicamente contaba con 22 años, era hijo de guardia civil e ingresó en el Instituto Armado con 17. El de Sallent era su primer destino lejos de casa tras un paso de dos años por Hinojosa de San Vicente. Gran amante de los deportes, el talaverano pretendía cumplir en la localidad pirenaica su sueño de integrarse en los grupos de rescate de montaña de la Guardia Civil, objetivo truncado por la barbarie etarra. Por su parte, Irene Fernández tenía 32 años y fue la primera guardia civil asesinada por ETA.
El asesinato de José Angel conmocionó a Talavera. La ciudad se echó a la calle el 21 de agosto, primero para recibir el cádaver, que llegó en helicóptero al Campo Municipal El Prado, y luego participando en una masiva manifestación contra el terrorismo y en solidaridad con su familia.
Cada 20 de agosto, los padres, otros familiares y amigos del agente se desplazan desde Talavera hasta Sallent de Gállego para participar en la solemne eucaristía, que ha sido presidida por el obispo de Jaca, y en la posterior ofrenda floral en la plaza Valle de Tena sobre el lugar en el que se produjo el cruel atentado.