Para el Presidente del Gobierno, la palabra fuerte debe de ser la más importante de su libro (o catecismo) de cabecera. Recuerden: “Luis, sé fuerte”; o ahora: “Se necesita un Gobierno fuerte”.
Le pregunto al bueno de Mariano: ¿Qué más fuerte que el Gobierno que ha presidido durante cuatro años?, ¿para qué quiere fortaleza?, ¿para hacer lo que ha hecho: desoír al Parlamento, a la calle, a los jueces, al Consejo de Estado…?. ¿Para qué su fortaleza? Para seguir preocupado por su sillón sin atender y enfrentar los variados desafíos. ¿Por qué no convocó antes las elecciones, dado el problema catalán? Se lo diré: porque quería que fuesen en navidades, con unos electores obnubilados por el consumo y las lucecitas.
La fortaleza no sólo se mide en el número de diputados que mantienen a un Gobierno, sino en las decisiones que éste toma y, en estos cuatro años, hemos tenido un Gobierno que ha utilizado su músculo para asfixiar a los más débiles y para dividir aún más a los españoles, según en qué lugar viven.
Usted pide fortaleza, señor Rajoy, pero es un Presidente débil y, si lo sigue siendo, será igualmente endeble. No sólo por sus apoyos, sino porque está maniatado por su amigo Luis.
Recuerde: “Luis, sé fuerte”.
Firmado: David Talavera Almendro