viernes, 26 abril 2024
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La clave del éxito (versión siglo XXI)

Esta semana, a raíz de los acontecimientos alrededor de Mariano Rajoy, no me ha quedado más remedio que meditar acerca de las claves del éxito en esta sociedad del siglo XXI, convertida en una auténtica feria en la que el valor de los méritos ha sufrido una espantosa inversión.

Ya sea en política, como en muchos aspectos de las relaciones profesionales a casi cualquier nivel, la clave del éxito es colgarse medallas aunque pertenezcan a otros; a la vez que se traspasan los marrones y errores a los demás. En ambos casos, los sujetos pasivos suelen ser los subordinados más próximos.

El ejemplo de nuestro amadísimo Presidente del Gobierno es paradigmático, pues sin movérsele un pelo de la barba es capaz de asegurar en un Tribunal de Justicia que él no sabía absolutamente nada de la gestión económica del Partido que preside y que por tanto no puede ser responsable de lo que hicieron sus subordinados (elegidos personalmente por él mismo); para a continuación, y manteniendo el mismo e hipócrita rictus, no dudar en presentarse como el salvador de la patria porque algunas (subrayo lo de algunas) cifras de la Encuesta de Población Activa son muy favorables.

Es decir, que el marrón de la financiación ilegal del PP se lo cuelga a sus tesoreros, como si él no tuviera nada que ver con aquellos individuos que hacían grandes negocios a su alrededor; mientras que la medalla de algunas cifras sobre el paro es impunemente arrebatada a los responsables de la materia de su propio gobierno para lucirla en su espléndida solapa.

Lo grave del asunto es que la trampa cuela, o sea, que mucha gente llega a pensar de manera simultánea dos cosas totalmente contradictorias, y por eso siguen votándole: Por un lado que el presidente de un partido es totalmente ajeno a las cuentas y la financiación ilegal del mismo; y que a la vez es responsable del presunto milagro económico que produce grandes bajadas en el número de parados. Eso si, en ningún momento, se detiene a analizar las muchas sombras que proyecta la EPA, pues ese marrón ya se lo deja a otros. Es fascinante cómo el Presidente es capaz de estar a setas y a Rolex.

Hace ya varios años, mientras hacía la mili, un capitán del ejército me dio una extraordinaria definición del buen jefe, que es aquel que da soluciones a los de abajo y problemas a los de arriba. Sigo estando plenamente convencido de lo juiciosa y válida de tal definición, y a fecha de hoy la considero como un paradigma de lo que deberían ser las relaciones profesionales.

Sin embargo, la realidad suele ser la opuesta: Los problemas bajan desde la cúspide de la escala laboral hasta los niveles más bajos. Dichos problemas, además en muchas ocasiones vienen generados por cuestiones totalmente alejadas de la vida real. El ejemplo del paro en España ilustra este asunto de manera muy fiel. El problema para la cúspide dirigente es el número de parados, y se hace todo lo posible para maquillar esa cifra, aunque haya que ocultar el verdadero drama social que se esconde en nuestro penoso mercado de trabajo. Se supone, que reducir el paro es bueno para mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía. Pero eso ya no importa a nadie en el gobierno: lo único que cuenta es que Rajoy pueda salir en la tele presumiendo de algunas (y vuelvo a insistir en lo de algunas) cifras, aunque los trabajadores sigan con el agua al cuello, o más arriba. Eso no importa, lo único que se persigue es la foto del presuntamente exitoso Mariano.

De este modo se llega fácilmente al esperpento más intolerable, que sobrepasa los límites del insulto, y se gasta el dinero público en vídeos promocionales que comparan la gestión de este gobierno con la llegada del hombre a la Luna, la caída del Muro de Berlín, o los Juegos Olímpicos de 1992.

Es la imagen del jefe en su irreal pedestal rodeado de un coro de aduladores, mientras el mundo se derrumba a su alrededor. Lo que importa es una imagen de éxito, a la vez que se renuncia a alcanzarlo.

Pero no pasa nada… nosotros a lo nuestro… el fútbol, el cotilleo y los masterchefs… y mientras tanto la finaciación ilegal del PP no concierne a su presidente, y las cifras de miseria en el país no le importan a nadie porque un numerito de la EPA parece favorable…

Optamos por taparnos la nariz y capear el temporal como se puede mientras nos sigan manteniendo entretenidos.

http://www.huffingtonpost.es/2017/07/27/pp-compara-paro-llegada-luna_a_23050815/

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