En la quinta vuelta se chafó la carrera y el sueño de Álvaro Bautista de poder brindar a su madre un gran puesto en el Gran Premio de Jerez. En ese momento el talaverano, que había remontando ya cinco posiciones, se metió por dentro a quitarse de en medio al australiano Jack Miller, pero perdió la dirección, cayó y se llevó por delante a su rival.
Lo sucedido a continuación, muy feo y producto de los nervios de un joven corredor con ganas de triunfar y, también, con muy malas pulgas. Bati dolido por la pifia recibió un empujón de un Miller muy enfadado y que luego pateó la Desmosedici del talaverano. Ya en el box y tras recibir las explicaciones el australiano pidió perdón. Ahora serán los jueces los que decidan qué sanción le van a imponer al ‘malas pulgas’.
Salir el 17º no es fácil en una categoría donde todos van a cuchillo tras apagarse el semáforo. Bautista sabía que las primeras vueltas eran fundamentales para poder alcanzar una buena clasificación en casa. Todo iba muy bien, Baz, Aleix, Redding, Pol, Crutslow y llegó Miller y plaf! y pum! y zas! “Iba bien por la línea, he perdido la dirección. Una pena porque tenía buena sensaciones y podría haber llegado a Petrucci (7º)”.
Y con la caída, la bronca y el disgusto en día tan señalado como hoy el bueno de Álvaro no pudo brindarle una buena carrera a su madre, Susana Arce, en día tan señalado como hoy el bueno. Una madre que hoy en Jerez ejerció de ‘paragüera’ de su hijo, de su hijo campeón.