viernes, 26 abril 2024
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Cospedal sale tocada

Todo ha sido una balsa de aceite en el Congreso Nacional del PP porque así lo ha querido Mariano Rajoy y porque los compromisarios son obedientes y fieles a su líder. Únicamente se ha producido una nota discordante y ha cristalizado porque Francisco Risueño, un concejal de San Clemente, elevó una enmienda para evitar la acumulación de cargos en esta formación.

EMILIO OKDicha enmienda apuntaba directamente a María Dolores de Cospedal, pues la expresidenta regional ejerce ahora como presidenta del PP en Castilla-La Mancha, ministra de Defensa y, además, secretaria nacional del partido. La enmienda se votó y salió adelante por tan solo veinticinco votos. En el PP se vota mostrando una cartelón y no electrónicamente, algo inaudito en los tiempos en que corren.

Esto significa que, a la hora de realizar este recuento visualmente, aquel que lo haga se puede equivocar muy fácilmente a no ser que disponga de la misma destreza de la que hizo gala durante muchos años Faustino, el lugarteniente de Bahamontes, a la hora de contar los ciclistas que cruzaban la línea de meta en las carreras que organizaba el Águila de Toledo.

Precisamente, este método de votación ya le costó la dimisión a un presidente del Real Madrid y dicho sistema ha levantado el único punto de discrepancia en ese remanso de paz que reina en el PP nacional. Fue a la hora de votar la enmienda para evitar la acumulación de cargos, que iba dirigida a Cospedal, cuando cundió la intranquilidad. Al final, veinticinco votos salvaron la cabeza de la ministra; pero el cisma se ha montado en el PP regional.

De momento, ya hay dos dimisiones y una de ellas ha sido la de un hombre que gozaba de la confianza de Cospedal. Como se ve, el PP regional comienza a romperse por Cuenca, provincia en la que nació la enmienda y ya veremos qué ocurre en otros circunscripciones. Por si acaso, Rajoy ha recuperado para su segundo nivel en la Directiva Nacional a Luis de Grandes, que puede ser un buen apaciguador de ánimos en Guadalajara.

Hasta ahora, la mayor virtud que tenía Cospedal, según su entorno, era que había unido el partido en Castilla-La Mancha, pero después de lo acaecido en el Congreso Nacional esto comienza a ponerse en duda. Es más, ciertos militantes de Toledo están pensando en moverse de la rígida fila que ha configurado Cospedal. Todo depende de cómo acepte Arturo García-Tizón su retirada de la Presidencia Provincial. Si Labrador le releva de común acuerdo no habrá asonada, pero todo puede suceder.

Lo cierto y verdad es que no corren buenos tiempos para Cospedal, que no ha podido mostrar -a los detractores con los que cuenta en el seno del PP nacional- que el Partido Popular en la región está unido y que no ha podido presumir de ello ante los medios de comunicación. Además, ella sabe que Rajoy la ha mantenido como secretaria nacional, pero que la ha recortado sus poderes para dárselos a Maíllo.

Maíllo será el que lleve el día a día del partido, será el que coordine a los vicesecretarios y secretarios ejecutivos y la relación con el aparato nacional y los regionales. Hasta ahora, las relaciones entre Cospedal y Maíllo son buenas y no tienen porque enfriarse, pero cuando el primero comience a ejercer pueden cambiar las cosas y más viendo que, en Castilla-La Mancha, Cospedal no tiene todo controlado y los andaluces, gallegos y sorayistas demostraron en la votación de la enmienda su animadversión a la presidenta regional del PP. 

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