Hace un rato me he dado un paseo por la Corredera y la plaza del Reloj, centro del casco antiguo de Talavera de la Reina, y afectado en el más amplio sentido del término por la obras de remodelación de un plan Urban, que han definido (conceptual y ejecutivamente) una solución de peatonalización, que ahora a trasmano se quiere reconvertir en lo que era hace unos meses; es decir, algo ya imposible.
Pero en esta ciudad, donde la chapuza, la improvisación y las presiones sectoriales cabalgan a sus anchas, hemos rizado el rizo de lo esperpéntico, y al final la plaza del Reloj y la Corredera se despeatonalizan, los coches pasan entre la gente que pasea y que dice que qué pasa; los del negocio de la zona azul pintan sus rayas en mitad del espacio urbano, del ciudadano, de la gente, privatizando y lo que es más grave, destrozando el propio espacio y la solución global de conjunto.
Así, la calle, ya no es definitivamente del ciudadano, es de nuevo de la anticuada visión de ciudad de de medio siglo atrás, esclava del coche, y que ha configurado una visión urbana ya agotada. Pero que aquí determinada presión comercial quiere a toda costa perpetuar.
Y qué decir del aparcamiento también de zona azul de la muralla. Una suerte de rayuela pintada al bies, de aquella manera, que sólo se debe entender desde lo alto, desde las almenas de la torre albarrana, a vuelo de vencejo. ¿Cómo podemos pretender declarar el primer recinto amurallado como Conjunto Histórico Artístico si permitimos que los coches rodeen a la muralla? ¿Cómo es posible, repito de nuevo, que el espacio urbano reconquistado para el ciudadano, peatón, el espacio urbano en definitiva democratizado, abierto y público, se vuelva a privatizar, destrozando uno de los espacios que más futuro, uso y fuerza tendrían en esta ciudad? ¿Cómo es posible que nos hayamos gastado un millón de euros en una solución técnica peatonal, con materiales nobles como granito, y lo pongamos directamente a los pies de los caballos? ¿Por qué no se consulta a todos los ciudadanos, y se cede a las primeras a las presiones un colectivo muy concreto? Y con prisas, precipitación y la consiguiente chapuza.
Las ciudades y su espacio urbano evolucionan. Lo que no evolucionan son las formas, especialmente en esta Talavera de la Reina que se nos va. Estamos ante una opción precipitada de hechos consumados que no fue para nada lo acordado en el pleno ordinario del Ayuntamiento el pasado jueves 28 de febrero, hace apenas una semana. Hay que tener cuajo político para gobernar para el interés común, no para el particular. Y la chapuza inmensa de la Corredera y la plaza del Reloj no es una casualidad. La precipitación y la chapuza son los resultados de una falta de visión urbana y social, del todo vale, del todo está bien, de la falta de crítica. Vayan a darse una vuelta por la Corredera, por la plaza del Reloj, con esos bancos de cartón piedra sacados de los Picapiedra, que no sé si aguantarán mucho tiempo allí. Vean, observen, paseen, analice, opinen, imaginen el espacio urbano común. Los usos, las posibilidades, las alternativas que se abrían a un uso peatonal del conjunto, o al menos con circulación blanda y sin zona azul. Y después vean en qué están convirtiendo el asunto.
