El Ayuntamiento de Cebolla, a propuesta de la Hermandad Virgen de la Antigua, ha financiado la restauración de una de las imágenes más venerada del municipio, la de San Illán.
La escultura, tallada en madera en el siglo XVII e icono de la ermita Virgen de la Antigua de Cebolla, se encontraba muy deteriorada por el paso del tiempo, las malas condiciones de temperatura y humedad del templo, y la gran cantidad de suciedad incrustada.
El trabajo de restauración ha corrido a cargo del taller de restauración Fondo Blanco, Conservación, Arte & Restauración, donde la restauradora toledana Noemí Sierra ha dedicado varios meses para revertir los daños de la imagen.
En el acto de presentación de los detalles de la intervención, que ha tenido lugar en la iglesia de San Cipriano, la restauradora ha manifestado que “ha sido un verdadero milagro que (la talla) haya sobrevivido a tan adversos acontecimientos históricos”.
Asimismo ha expresado la satisfacción que supone conservar esta obra, cuya iconografía es “única en el mundo”.
Cabe recordar que Noemí Sierra fue la encargada de la restauración del Cristo de la Agonía de Cebolla el año pasado y de revertir el último caso de ‘Ecce homo de Borja’ en la vecina localidad de Illán de Vacas.
Apuesta del Ayuntamiento de Cebolla por conservar el patrimonio
Durante la presentación de los detalles de la intervención, la alcaldesa de Cebolla, Silvia Díaz del Fresno, ha agradecido a la Hermandad de la Virgen de la Antigua su iniciativa por promover esta intervención, y ha añadido que “es un compromiso y una apuesta del ayuntamiento por la conservación de un patrimonio que es de todos los cebollanos y cebollanas”.
Díaz del Fresno también ha destacado la importancia de contar con el apoyo de Juan Ignacio López, párroco del municipio, ya que “estas actuaciones no serían posibles sin el apoyo de un párroco con sensibilidad por la conservación del arte religioso como manifestación humana”, añadió.
Por su parte, el presidente de la Hermandad, Manuel Corral, ha señalado que al contrario de lo que en ocasiones se ha extendido, la talla de San Illán no muestra a su padre, San Isidro, sino que se trata de la singular representación de un santo que ya está en los altares, celebrándose cada 16 de mayo, pero cuya santidad no está reconocida por la Santa Sede, “tarea que queda pendiente”.
Un poco de historia sobre el San Illán de Cebolla
El conjunto escultórico restaurado está compuesto por San Illán labrando la tierra con dos toros, y realizando el milagro de encontrar un manadero de agua en un terreno seco.
Cuenta la tradición que allá por el siglo XII, Illán, hijo único de los madrileños San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, fue enviado a cultivar, en la dura España mozárabe, unas tierras que poseía el amo de su padre en las vegas toledanas del río Tajo.
Relatan de él varios milagros, como que dedicaba mucho tiempo a rezar a la vez que labraba más que el resto de compañeros; que amansó unos toros bravos para labrar el campo; y que resucitó el caballo de su amo.
Empero el milagro más conocido aconteció el día que la Virgen se le apareció a San Illán, señalándole donde debía labrar la tierra para encontrar agua, y al pasar la rejada por una piedra, manó agua en abundancia.
Cuando Illán dejó de cultivar la tierra, se retiró como santero a la ermita de la Virgen de la Antigua, perteneciente a día de hoy al municipio de Cebolla.
Tal es así, que el oratorio también es conocido como la ermita de San Illán, pues allí está enterrado su cuerpo, y ha sido lugar de culto para toda la comarca, donde acudían a pedir la curación de difíciles enfermedades de la época, como la rabia.
