Antonio López del Pino es el hombre que ocupa este jueves la entrañable sección de Veteranos de la Unión Deportiva Santa Bárbara. Del Pino, como se le conoce futbolísticamente, nació en Toledo un 22 de marzo de 1956 y se inició en el balompié en 1971, concretamente en el equipo juvenil de la UD Santa Bárbara.
La demarcación que ocupaba en el campo es la de mediocentro, una posición que le permitía efectuar el trabajo por el que siempre destacó: una técnica exquisita y un pase extraordinario. Dos parámetros, junto a sus cualidades físicas, que le convirtieron en un jugador de época.
Fue a la edad de diecisiete años cuando asciende al primer equipo armero. Aquí estuvo cinco temporadas, coincidiendo con entrenadores como Paulino Lorenzo, Paco Cacharra y Felipe Tello y futbolistas de la talla de Torán, Gálvez, Rafa, Juli, Parra, Estévez o Antonio Lozano, por citar algunos de ellos. Pero si a alguien no olvida Del Pino tras su paso por el equipo es a Jesús, masajista y utillero del Santa Bárbara, al que le tilda de gran persona y amigo.
En el 1976, Del Pino cambia de acera. Deja el Santa Bárbara y se enrola en el CD Toledo. Aquí, en el equipo verde, coincide con el técnico Paulino Lorenzo y jugadores como los hermanos Braojos- Pedro y Juan Carlos-, Gordillo, Seano, Correa o Díaz.
Regreso al Santa Bárbara
Al final de la campaña, nuestro protagonista regresa al Santa Bárbara y firma por un año. En 1978, Del Pino recibe una oferta de trabajo de Fuensalida y ve la posibilidad de compatibilizar su vida laboral con el fútbol. En el equipo de esta población permanece seis temporadas, logrando el ascenso a la Tercera división.
Una vez finalizada su etapa en el Fuensalida, se marcha al CD La Puebla de Montalbán para disputar una temporada y, después, colgar las botas de una manera definitiva.
Del Pino vive en Fuensalida desde hace 43 años y para mantener la forma física práctica el pádel.