En el municipio toledano de Illán de Vacas ha tenido lugar el último ejemplo de atentado contra el patrimonio pseudo restauración mediante.
Desde que en 2012 la octogenaria Cecilia Giménez deformara la pequeña pintura de Jesús de Nazaret reo y maltrecho, Ecce homo, del Santuario de la Misericordia de la localidad zaragozana de Borja, han sido muchas las intervenciones esperpénticas en manos fraudulentas que han sido noticia en los medios de comunicación de España y del mundo.
A los ejemplos de Estella, Arucas, Valencia, Palencia o Rañadoiro (Asturias) se une ahora la del pueblo máximo exponente de la España Vaciada, Illán de Vacas, con sólo tres habitantes censados.
Decorada como un muñeco de feria
Una reciente ‘restauración’, de la que no ha trascendido su autoría, presentaba la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de la Paz con una decoración exterior que “la asemejaba más a un muñeco de feria que a una imagen devocional”, ha señalado Noemí Sierra.
La restauradora toledana, en su taller ‘Fondo Blanco, Conservación, Arte & Restauración’, ha logrado devolver a la venerada talla a su apariencia más recóndita, escondida entre los numerosos estratos de pintura, el último, sangrante.
“La imagen de la Virgen de La Paz merecía ser rescatada de la indiferencia de su pasado más próximo y del daño del intrusismo profesional, para ser devuelta a su ayer”, ha apuntado Sierra, quien ha añadido que este tipo de intervenciones causan “un daño tan enorme que pueden llevar a convertir una obra de arte en algo sin valor, condenado al olvido y la indiferencia”.
“Esta restauración –prosigue- ha sido un reto para mí, ya que la fraudulenta y más reciente intervención, habían convertido en un esperpento una magnífica obra de finales del siglo XVI”, “un tesoro escondido bajo una apariencia que no se merecía; un auténtico atentado contra nuestro patrimonio”, lamenta.
Sierra incide en que la auténtica conservación del patrimonio brota de las manos de los profesionales de la conservación y restauración que, con un inmenso esfuerzo, tratan de poner en valor los bienes culturales deteriorados por el paso del tiempo y por las agresiones físicas y biológicas, unas naturales, como las adversas condiciones meteorológicas o la proliferación de insectos, bacterias y hongos, y otras artificiales, como las sometidas a la acción humana en guerras, vandalismo o en falsas intervenciones.
Muy venerada en la comarca
La imagen de esta virgen era muy venerada en toda la comarca, acudiendo a pie, en su agradecimiento como Señora de La Paz, a su iglesia de Illán de Vacas, después de guerras y enfrentamientos desde todas las poblaciones de alrededor, especialmente Cebolla, Montearagón, Lucillos y Los Cerralbos, por lo que representa un importante ejemplo de patrimonio, arte y cultura de esta comarca.
Desde el pasado domingo 24 de enero en la iglesia de Illán de Vacas la imagen ya luce espléndida, para devolver la devoción a sus fieles, en parte también por Damián González Mellado, el párroco, por su empeño en poder restituir la talla.
Este miércoles, 27 de enero, se conmemora el Día Mundial del Conservador-Restaurador, “una profesión poco conocida, pero muy necesaria, que quizás nos evoca, no tanto a las verdaderas restauraciones, sino a las intervenciones fraudulentas, como la tan famosa actuación sobre la pintura mural del Ecce homo de Borja”, concluye Noemí Sierra.