La crisis originada por el coronavirus está dejando la moral por los suelos a todo el mundo; pero, de una manera especial, a los quintos de 2020 de Montesclaros, que no han podido este domingo disfrutar de una tradición que hasta ahora lo habían hecho todas las quintas de este municipio de la Sierra de San Vicente, de 445 habitantes y que se encuentra situado a poco más de veinte kilómetros de distancia de Talavera y 98 de Toledo.
Desde el año 1500 –fecha en la que se guardan documentos tanto la parroquia como en el ayuntamiento- siempre se ha desarrollado en la Plaza Mayor de Montesclaros la instalación de las trenzas confeccionadas con centeno y ornamentadas con cascarones de huevos. Pero este año. El periodo de confinamiento lo ha impedido.
Homenaje
El alcalde de la localidad, el socialista José Joaquín Manzanas, y la concejala popular Elena Manzano, no obstante, han querido dar un homenaje a los quintos de este año acoplando algunas trenzas en el rollo de justicia y ha colocado los nombres de los quintos. Algo es algo. Pero los vecinos de Montesclaros y los muchos foráneos que se dan cita en el pueblo para disfrutar la tradición lo han echado de menos.
Atrás quedan los años en los que el cielo de la Plaza Mayor estaba tomado por las trenzas de centenos enristradas con los cascarones de huevos, que unían ese ejemplar del gótico tardío que es el rollo de justicia con los diferentes balcones y esquinas del lugar. Es más, en el año 1996, Montesclaros entré en el libro de los récords porque logró confeccionar unas trenzas que exhibieron 30.641 cascarones de huevos. Ha sido un Domingo de Resurrección atípico para Montesclaros y el más triste para los quintos de 2020.