Comienza la cuenta atrás para la celebración del Carnaval y la Fiesta de Ánimas de Villafranca de los Caballeros. Una edición en la que se espera una gran afluencia de público tras el éxito de la presentación de la fiesta en pleno corazón de Madrid y en la Oficina de Promoción Turística de Castilla-La Mancha de Gran Vía, el pasado 18 de enero.
En esta ocasión el Ayuntamiento, que ya ha publicado las bases para participar en el desfile del día 23 de febrero, destinará 10.600 euros en premios. Así los tres primeros en la categoría de carrozas visitantes se llevarán un total de 4.400 euros, repartidos de la siguiente forma: 1.700 para el primero; 1.500, el segundo y 1.200 para el tercer premio. En la categoría de comparsas visitantes el montante asciende a 5.200 euros, con cinco premios que oscilan entre los 1.500 y los 400 euros. Las carrozas y comparsas locales se repartirán 1.000 euros, 500 para el primero, 300 el segundo y 200 el tercer premio.
A estas cantidades hay que sumar los 150 euros por participar para las carrozas y compasas visitantes y los 100 para las locales, siempre y cuando no hayan sido premiadas. También se contemplan subvenciones al transporte, 100 euros por autobús (máximo tres) para poblaciones que estén a menos 50 kilómetros de la localidad, 150 para las que estén entre 50 y 100 kilómetros y 200 euros para las que estén a 100 kilómetros o más de distancia a la localidad.
Prohibidos los animales
Las bases también establecen que deben abstenerse de participar los grupos con caballería y todo tipo de animales.
Cabe recordar que desde la llegada del PSOE al Gobierno municipal el desfile de Carnaval se desdobla en dos sesiones. Una medida que se adoptaba para no alargar el tiempo del mismo y mejorar así su organización.
De esta forma, las carrozas y comparsas locales desfilan a las 13:00 horas y las visitantes, que se limitan a un número de 20, lo harán a partir de las 16:30. Mientras tanto los visitantes pueden contemplar el pasacalles y el Corro de las Mayordomías, una tradición vinculada a la Fiesta de Ánimas que convive en la localidad manchega con el Carnaval desde tiempos ancestrales, cargada de símbolos y ritos de culto a los muertos.
