martes, 19 marzo 2024
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¿Qué coño pasa en Talavera? ¿Eh?

Vuelve uno a Talavera una vez liadas, fumadas y apagadas las vacaciones estivales y, con la tontería inherente a toda inactividad, te sobreviene la impresión de que las calles parecen más pobladas, los parques más ocupados, las barandillas urbanas más acodadas, los perros más paseados, la ciudad más trasegada y tal y tal.

Tontería que, claro, se te quita ipso facto por el bofetón de cruda realidad que recibes cuando caes en la cuenta de que, exactamente, hay 131 almas más vagando por la puta calle desde que hiciste la maleta, ay, sin decir adiós, ay que dolor.

Adiós y dolor, tú verás, porque resulta que mientras tú ha estado del botellín a tu holganza, y viceversa, ese centenar largo de personas han perdido su puesto de trabajo y disponen, por lo tanto, de todas las horas del día para poblar calles, ocupar parques, acodarse en barandillas o pasear perros.

Aunque también podrían dedicar la obligada inactividad, por si cuela, a preguntar en las ventanillas que correspondan qué coño pasa en una ciudad que, para mayor escarnio, ha vuelto a desmarcarse de la última mejora laboral registrada en la provincia de Toledo y en el conjunto de Castilla-La Mancha durante el mes de septiembre.

Así, a lo tonto y a lo bobo, en Talavera hay actualmente 10.201 zombis laborales, casi muertos vivientes, que miran con ansiedad cuasi caníbal hacia otras confines regionales como Illescas, Puertollano, la misma Toledo y por ahí en los que las inversiones, la multinacionales y los empleos se reproducen por esporas o espuelas, que de todo hay en la viña institucional.

Y eso que, ojo al dato, de momento, de memoria y hasta que el 10-N dicte nueva sentencia electoral creo que tenemos dos senadores, dos diputados nacionales, un viceconsejero, un director general de Salud Pública, un delegado provincial del gobierno nacional y hasta un presidente de la radiotelevisión regional, por si procediese retransmitir en vivo y en directo la agonía económica y laboral en la que Talavera sigue inmersa.

Pura y dura paradoja, porque resulta que nuestros más nobles y añejos mandamases no tienen ni obstáculos ni cortapisas a la hora de encontrar pronto acomodo salarial e institucional, y es que debe haber más poltronas que botellines, mientras que la puta base sigue subsistiendo a base de parches y perchas como los consabidos planes de empleo de pan para hoy y hambre para mañana.

Nunca tuvo Talavera tanta representación en las distintas instituciones, creo recordar, y nunca tuvieron también los curritos de a pie tanta orfandad en materia laboral, económica, comercial e industrial. 

Con lo cual, está claro que algo falla. Y no creo que sean, precisamente, los que están de lunes a domingo al sol, o los que se meten entre pecho y espalda más de diez horas de curro para cobrar, cuando lo hacen, una auténtica miseria.

Visto lo cual, invito a preguntar ¿Qué coño pasa en Talavera? ¿Eh?  

 

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